Diálogos con el Maestro Filosofía elemental de la Esgrima Láser y su implicación en la comprensión y desarrollo de su técnica funcional. Volumen I ACADEMIA DE ESGRIMA LÁSER D. Marcelino J. Miguel Castro: Maestro en la disciplina de Kigen de de Esgrima Láser - Dr. Juan Parrilla Sánchez: Doctor en Patrimonio Instructor de Krav Maga Iniciado de de Esgrima Láser Linares, 2021 Queda terminantemente prohibida la copia y reproducción parcial o total del contenido de este volumen, sin consentimiento expreso del Kigen de de Esgrima Láser. Si el permiso de difusión o copia de este libro fuese concedido, se habrá de nombrar este volumen como fuente, así como los autores del mismo. - Todos los derechos reservados - De las oclusiones y las implicaciones filosóficas de su obra: - Maestro. - Dígame, Parrilla. - En no pocas ocasiones nos ha recalcado que el bien y el mal no son verdades absolutas; pues depende del punto de vista que tenga una determinada comunidad, país o cultura. Incluso la escala de valores de que disponga un individuo juega un papel bastante relevante en esa decisión. Es decir, existen ambos conceptos – bien y mal –, pero no serían verdades absolutas. Por este motivo he reflexionado sobre el concepto de benevolencia. Un concepto que aparentemente habla sobre el bien como verdad absoluta pero, ¿es así? Séneca sostenía que el perdón es la remisión de la pena merecida, y ello no debe llevarse a cabo, pues está íntimamente ligado con la compasión, y por lo tanto con la lástima. Pero sí la benevolencia, ya que ésta en sí misma lleva implícitos el perdón a la vez que el castigo. El filósofo estoico hispano-romano decía que el sabio, además de perdonar, ha de corregir el error aunque ello implique un castigo. En esa misma línea, el emperador Marco Aurelio decía que se ha de castigar al culpable, pero siendo benevolente. Alrededor de 700 años antes, el erudito estratega chino T’ai Kung aducía que no había que mostrar compasión alguna, pero sí benevolencia ante el enemigo. Ser benevolente no es ser compasivo, pero sí tolerante y considerado con el oponente. Llegado a este punto en el que entiendo el concepto de benevolencia como la forma de corregir e iluminar al oponente; y sabiendo que las oclusiones estudiadas en tienen como objeto mostrarte en todo momento de manera dispositiva en el medio – por medio de la hoja – para procurar disuadir al paciente y que en caso de que éste resulte herido, sea por su propia actitud con respecto hacia el agente; ¿podríamos afirmar que la práctica de las oclusiones, sería la forma en la que el Furasshu se muestre benevolente ante el oponente?. - La benevolencia entonces, según Séneca, sería la aplicación de una justicia impartida desde la perspectiva sesgada del “benevolente”, y por tanto, convertiría a este último en juez de aquello que desconoce. Esto se debe a que sin conocer, entender o pretender averiguar las motivaciones de aquél que obra, tacharía los actos de útiles o inútiles, y en consecuencia, buenos, neutrales o malos de cara al juez y a terceros. Para el ser humano, en esencia, el comportamiento bondadoso o maligno no es otra cosa que una expresión de la lógica cognitiva que diferencia aquellos hechos o circunstancias que están a favor o en contra de sus intereses presentes. Es por esto, que lo que a un individuo le parece correcto, otro lo atisba como un acto de maldad. Concepto alrededor del que se crean grupos, comunidades y entidades, compuestas de individuos independientes, congregados alrededor de una idea particular. Al tiempo, esa idea evoluciona y se convierte en motivo de cisma, pues las perspectivas de cada uno siguen siendo independientes. Motivo por el que puedo traer al caso aquel refrán: “Del amor al odio hay un paso”, enfatizando la facilidad del ser humano para reducir y justificar como maldad aquello que un opositor esgrime contra uno mismo. Sustento este criterio en la multidimensionalidad de la perspectiva, que a su vez es generada por la vivencia y experiencia propia, incapaz de ser replicada por otro sujeto. Por tanto, en un plano práctico en que apliquemos la lógica de Séneca, siempre podríamos encontrar bondadoso a un ajeno que obre a nuestro favor, y malicioso a aquel cercano, que de forma involuntaria obre en sentido enfrentado a nuestra concepción de lo adecuado. No puedo negar que esto último resulta un retrato relativamente coincidente con la realidad que parece acontecernos, mas incluso eso está sesgado y es dependiente de mi perspectiva, pues estoy tomando como “realidad” aquello que conozco, y como “instantánea” aquello que entiendo. Parrilla, convencido de momento, tengo que decirle que entiendo que no hay razonamiento humano con base sólida que pueda sustentarse en sesgar por bien o mal. Tan solo puede existir aquello eficiente o ineficiente para/con lo pretendido. Tenga en cuenta que su discurso y el de muchos filósofos clásicos radica en entender que, subyacente al bien o el mal, existe lo acertado o lo erróneo, cosa que no es así. Pues el factor humano, como elemento de juicio, sesga cualquier resultado posible, dando a lo eficiente o ineficiente un cariz partidista que nos aleja de entender el funcionamiento de aquello que nos sobrepasa. Llegando yo a ese punto, en el que se encuentra preguntando, le explico: La supresión atiende a la obra elegante, que basada en la intención dispositiva, transmite la responsabilidad y acción ejecutiva a la voluntad del paciente, mediante la geometría. Quedando este a merced de su propia inercia y atrevimiento. Y desarrollo: El humano, siempre está condicionado por el instinto de mantener su propia existencia. Entendiendo este condicionamiento como un rasgo universal de todos los individuos, que hace que el agente pueda entender la perspectiva del paciente, cuando éste pretende una ejecución por miedo ante la amenaza que encuentra en el paciente. De esa forma, al agente le resulta posible empatizar y actuar en consecuencia para evitar que el paciente se vea obligado a defenderse. Es por ello, que la actitud dispositiva es la más eficiente para sostener el asalto, pues se centra en no demostrar intención alguna que pueda dar a entender una voluntad de ejecutar sobre el paciente, y sin embargo, provee al agente de la herramienta para aprovechar a su favor la intención ofensiva de su opositor. Esta última, como dice, es la oclusión, que resulta ser “la mutación dispositiva con potencial ejecutivo de una rectitud presentada por el agente para evitar el éxito de la acción ejecutiva del paciente, exponiendo a este último a la ejecución si mantiene la trazada.” Como puede ver, en esta descripción no cabe la benevolencia, tan solo la pretensión del agente por mantenerse distanciado de la voluntad antagonista de su paciente, y con ello, mantener su integridad. En el presente y en un plano funcional y práctico, es esta visión idílica y distante de aquella obra con desenlace fatal que se lleva a cabo, lo que mantiene serena la consciencia del tirador, soldado, operador, contratista o cualquier otro sujeto que haya tenido que hacer una baja en un teatro de operaciones, donde se hayan confrontado sus intereses con los de un igual. Por último, Parrilla, entiendo plenamente su afán de sustentar su exposición en elementos de eruditos clásicos. Mas hemos de tener cuidado para no elevar lo histórico a razón universal, pues aquello antaño, está sujeto a la cognición de humanos, que es sesgada por su conocimiento asequible. Espero haberle contestado. - Así es Maestro, y le quedo agradecido. Lo que a todas luces resulta incuestionable es el hecho del sesgo inherente a la naturaleza humana, a la hora de valorar una determinada situación. Sin embrago, y siendo plenamente conscientes de ello, elaboramos discursos a los que etiquetamos de “verdaderos”. Y eso se puede hacer de diversas maneras; profanas-cuando interactuamos con nuestros semejantes- o de forma grandilocuente con una clara proyección atemporal, como el caso de los filósofos clásicos. Partiendo pues de esta realidad - atribuir erróneamente el valor universal al bien y al mal -, y teniendo muy en cuenta que a la hora de tirar con el oponente ha de primar el carácter funcional de nuestra frase de armas, del mismo modo que un carácter dispositivo en todo momento; considero que en lo que a las oclusiones respecta, un Furasshu puede mostrar benevolencia. Cuando dos tiradores se encuentran en el medio, y el paciente muestra una actitud ofensiva de manera constante; la mejor forma de indicarle el carácter poco funcional de su postura es aplicar una oclusión. Para nada sería conveniente “ponerse a su altura” y adoptar su misma actitud; como tampoco disponerte en el medio de forma pasiva. Para nada sería funcional, valga la expresión, “dejarle ganar” si nos quedamos quietos esperando su ejecución. Es por ello que un acto de benevolencia, por parte del Furasshu, consiste en corregir y alejar al oponente de su desconocimiento. Y ello se puede llevar a cabo perfectamente a través de la funcionalidad y efectividad propias de la maniobra oclusiva. La funcionalidad no es sinónimo de maldad o bondad, pero sí de benevolencia. Esto es así porque, en última instancia, pretendemos iluminar al oponente para que no yerre. Y si lo hace, que dicho oponente sea consciente de su propio error. - Así es Parrilla. No obstante, como ejercicio práctico, es sumamente útil despojar a la semántica pretendida de posibles confusiones causadas por un significante que ha perdido su inicial significado. Por ello, humildemente, hago hincapié en no usar el término benevolencia. Y esto se debe a la carga histórica que condiciona al receptor y le hace creer que usamos la bondad o maldad para atribuir sentido a la palabra. La solución que considero óptima, y que uso conscientemente en la tratadística propia de la Academia, es la de hacer referencia a aquello que va acorde a nuestro intereses como “coherente”. Por otro lado, para orientar a mi interlocutor a entender que algo es, no solo coherente, sino óptimo para la consecución de su intención o el avance en su interés, uso “eficiente”. Esto hace referencia directa a la manera de obtener un éxito determinado de la forma más “elegante” y reducida en tiempo o esfuerzo. Cabe destacar que cuando hablo de “elegante”, me oriento específicamente al uso que se hace en la ciencia moderna de este término, muy en particular en la física. Concretamente nos referimos con ello al atributo de sencillez que puede poseer un concepto. Siendo así más elegante una expresión concreta que con pocos elementos da firme explicación a un fenómeno. Esto refleja otra parte de fundamental en la oclusión y en su obra, siendo esta la expresión más “elegante” y “eficiente” para la contención de la intención ejecutiva del paciente, sin la exposición agente. Será así que queda excluido el concepto de benevolencia y se adquiere la eficiencia para/con los intereses propios y ajenos. Puede parecer que al ser esto común entre los tiradores implicados, se genera un bien común, y por tanto, una expresión universal de benevolencia al obrar en intención dispositiva dicha oclusión. Mas no ha de ser así, pues estamos dejando fuera los intereses posiblemente implícitos de otros individuos, parcial o totalmente, distanciados del asalto y ajenos a este. Sobre ellos recaería de nuevo la responsabilidad, elección, cognición y atribución de darle sentido a la obra de aquel que ocluye, y por tanto, entender libremente y desde su perspectiva la carga ética de aquello que se está obrando. Quiero que entienda que no es mi pretensión eliminar de nuestro imaginario el concepto dual de bien o mal, ni tan siquiera el extirpar su posible polarización. Mi empresa aquí es la de hacer entender que: “el bien o el mal es tan solo el producto de nuestra perspectiva al ser conjugada con la coherencia de nuestros actos respecto a nuestros intereses propios y particulares.” De cómo se ha de practicar la virtud en el contexto de conflicto civil. - Maestro, después de un largo tiempo de recuperación, me he reincorporado al mundo laboral. Ha sido una semana intensa pero bastante provechosa. Y lo más importante, lo he hecho pensando siempre y en todo momento en el aquí y el ahora; dejando los potenciales problemas del futuro para el momento en el que transcurran. De esta forma he conseguido ver que, además de encontrarme yo mejor, la productividad aumenta de manera proporcional a mi consciente estado de ánimo. También he llevado a cabo una práctica que me ha sido de gran ayuda: nada más levantarme, medito unos diez minutos, me aseo, tomo una infusión de jengibre y después desayuno algo con gran contenido de proteínas. Cuando salgo de casa camino de la oficina escucho siempre la misma canción – Back in Black, de AC/DC–; como una forma de autodisciplina diaria que me ayuda sobremanera a llevar la jornada. Y a partir de ahí, el día transcurre de manera disciplinada pero sosegada y, por supuesto, más que eficiente. - Me alegro mucho por usted, Parrilla. Me complace enorme y profundamente que haya sido capaz de aplicar lo aprendido en la Academia y extrapolarlo a ámbitos aparentemente ajenos a la vida académica y esgrimística, como es el caso de sus labores. - Sin embargo, y de manera inconsciente, continuos y punzantes pensamientos sobre mi reciente pasado laboral atosigan mi espíritu de manera automática. He conseguido luchar contra ello ignorando dichos flashes, nada útiles para mi día a día; pero no cesan en su labor destructiva. Actúan como fantasmas que disfrutan atormentando mi alma. Uno de los más peligrosos es la absurda rivalidad con determinados compañeros y superiores; pero soy plenamente consciente que la única manera de acabar con la rivalidad es estar por encima de ella y; como decía Marco Aurelio en sus Meditaciones “la mejor manera de vengarte de un enemigo es no pareciéndote a él”. Para actuar de manera funcional, considero que es mucho mejor hacer uso de la Virtud, pues es una capacidad que – acorde con nuestra naturaleza innata individual – nos permite ser respetuosos y benevolentes con las personas con quienes interactuamos. Considero que ser virtuoso es la mejor manera de ser eficiente en todos los ámbitos de la vida, pues no olvidemos que la existencia en sí es un continuo conflicto, del cual sólo se puede obtener la victoria actuando conforme a la Virtud, Maestro. - Parrilla, esas memorias por las que manifiesta verse atormentado, no son más que su instinto recordándole escenas que pretende evitar en un futuro. Son legajos de un libro que ya se ha cerrado, y que aún recuerda. Son miedos a un pasado que se fue. En definitiva, son testimonios de los que aprender, a los que amar, pues son su vida, y a ellos se debe tal y como es hoy. Basando mi consejo en mi experiencia, esos recuerdos no ha de ignorarlos, pues caería en la falacia de alejar algo que pretende entender, asimilar y usar en un futuro para ayudar a otros. Es por ello, que me veo avocado a contarle algo: Por mi condición marcial, he vivido y recuerdo escenas de una índole muy diversa. Algunas de ellas sumamente placenteras de traer al sueño, otras penetrantemente angustiosas cuando pasan por él, acompañadas de amigos vestidos de verde decorado por flores carmesí. No obstante, la manera en la que convivo con lo acontecido es llevándolo de la mano para acompañarme durante el viaje. Un tránsito por un camino oscuro, que gracias a la ayuda de mis fantasmas, dispondré de más manos para portar candiles con los que iluminar cada paso. Serán esos sucesos, tanto dulces como amargos, los que me valdrán para argumentarme a mí mismo los motivos de mis intereses, saber en qué sentido caminar y obrar en consecuencia para alcanzar mis metas. De esta forma, dedico tiempo sereno, plácido y solitario, a adaptarme a mis vivencias más desgarradoras. Pienso en ellas con la pretensión de deglutirlas, tragarlas y hacerlas parte de mí. Así, tras el debido y necesario tiempo para digerirlas, adquieren un cariz inofensivo y mutan de horrores a anécdotas con las que sostener mis argumentos de paz. Hoy veo mis momentos más oscuros desde la misma perspectiva con la que pienso en mis tropiezos de niñez, y estoy agradecido por haberlos vivido, pues son gracias a ellos, que hoy soy el hombre al que le habla. Parrilla, la rivalidad es natural. Personalmente la considero primitiva. Y como bien apunta, ineficientemente absurda; mas sin embargo, profundamente natural. Siéntase contento por identificarla, pues eso es signo de que la ha localizado dentro de sí. No hay pieza más fácil de dar caza, que aquella de la que se conoce su cama. Considero, no obstante, que pretender estar por encima de una emoción, en este caso de la rivalidad, es un acto que requiere un entrenamiento para el correcto sostenido ejercicio. No entiendo ideal pretender huir o desprendernos de una herramienta tan útil como esa intención de ser mejor. Desde mi punto de vista, considero que es óptimo el mantener la rivalidad en su lugar. Para ello, será necesario hacer una reflexión profunda y observar a aquellos individuos con los que compite en solitario. Dedicará tiempo a entender sus motivaciones para obrar conforme lo hacen, les atenderá aprendiendo a predecirlos, les asistirá sin miramiento disfrutando del servicio, les adivinará sus virtudes y se las reconocerá convencido de que pueden serle útiles a usted, tanto como les son útiles a ellos. Y una vez conocidos aquellos puntos que usted considera “virtudes”, de aquellos a los que considera adversarios, tan solo le quedará disfrutar de todo lo que le ofrecen, hacer suyo todo cuanto pueden aportarle y entenderlos como parte de su equipo. Recuerde, Parrilla: “Para amar, tan solo hay que conocer.” - Así es Maestro, lo que se conoce se ama. Y lo que se ama se protege y defiende. Me queda más que claro que esos recuerdos y esa experiencia forman parte de mí y no dejarán de forjar mi actitud ante la vida. Se podría decir que soy lo que soy gracias a la experiencia. Eso en cuanto a nuestro espíritu. Ahora bien, ¿qué ocurre con los que hemos denominado “rivales”?. Todo ser humano - y si me apura, todo ser vivo - actúa conforme a una razón o causa. Y su comportamiento e interactuación no dejan de ser reflejo de ello. Por dicho motivo, tiene usted razón en que debemos conocer las necesidades e inquietudes de aquellas personas a las que tildamos de rivales. Como decían tanto Marco Aurelio como Chuang Tse, es de vital importancia conocer la naturaleza innata de los individuos, ya sean o no humanos. Con la diferencia que supone el elemento de la comunicación en nuestra especie, lo que nos hace más complejos. Una complejidad que, pese a ser en ocasiones desagradable, puede suponer un elemento de enorme interés. Si conocemos nuestra naturaleza innata y la de los demás, podremos ayudarles tanto a ellos como a nosotros mismos. El Cyberpunk, presente contexto de la Academia de Esgrima Láser. (Diálogo prólogo de la clase del viernes día 11 de diciembre de 2020) Intervinientes: Maestro Marcelino Miguel Miguel Ángel Romero Sevilla Javier Araque Meidano Luis Francisco Roldán Fraile Juan Parrilla Sánchez Ricardo Ruiz Díaz Víctor García Vigil Decidido a dar comienzo la clase, en su modalidad online forzada por una pandemia mundial, que da lugar a una situación excepcional en el 2021, el Maestro lanzó al aire un requerimiento, de premisa sencilla: - ¿Alguien de los que se encuentran aquí podría definirme el concepto de “Cyberpunk”? - Yo Maestro. - Adelante Parrilla. - Se trata de un subgénero de ciencia ficción en el que el desarrollo tecnológico cobra una importancia de primer orden. - Parrilla, no estoy del todo de acuerdo con usted. - Explíquese, Ricardo: - Como bien dice, se trata de un subgénero de ciencia ficción con sociedades “hipertecnologizadas”. Sin embargo, las luchas entre clanes y clases son constantes. De hecho, estoy pendiente del lanzamiento de un nuevo vídeo juego: Cyberpunk 2077. Trata de una historia de acción y aventura en una sociedad distópica, concretamente en un núcleo llamado Night City, una megalópolis obsesionada con el poder, el glamour y el dinero. El personaje principal es V; un mercenario que persigue alcanzar la inmortalidad mediante implantes. - Ha hablado coherentemente, Ricardo. Y ha aportado a su compañero una definición terminológica más precisa. Sin embargo, para ahondar aún más en la profundad de esta palabra, hemos de desgajar sus componentes. Por un lado tenemos la palabra Cyborg, con origen en la confluencia de los términos “cibernético” y “orgánico”, que hace referencia a la unión de la tecnología “cibernética” y la naturaleza humana. He de apuntar que esta tecnología ya existe en nuestro mundo físico, y cumple los mismos objetivos que en el momento en que se acuño el nombre: mejorar las capacidades humanas con el uso de la tecnología. Al fin y al cabo, la constante presencia del móvil en nuestras manos, no es otra cosa que el aumento computacional de nuestra anatomía, con el único matiz de que el teléfono es un elemento que no está implantado, lo que ablanda mucho su adopción y facilita el acceso. En otro lugar, el término punk: vocablo acuñado a finales de los años setenta del siglo XX y que adquiere especial interés, desarrollado por los británicos The Clash, Sex Pistols y los estadounidenses The Ramones. En definitiva, se trataba de un movimiento inconformista directamente relacionado con las consecuencias derivadas de la crisis del petróleo. Además de la alternativa estética - crestas, ropa rasgada, pantalones ajustados vaqueros o de cuadros y cadenas - los conciertos y congregaciones de esta tribu urbana se caracterizaban por sus “bailes”, que en coherencia con su principio de rechazar los dogmas, consistían en darse empujones. En adición, hacían gala de actitudes concordantes con su otra máxima de desprecio por la sociedad estandarizada. Por ello, eran objeto de atención cuando algunos sujetos llevaban a cabo acciones llamativas como lanzarse desde los escenarios o escupirse. Por lo tanto, podríamos sostener que el “cyberpunk”, en cualquiera de sus manifestaciones - cine, literatura o videojuegos - , hace referencia a un universo futurista distópico en el que la población más desfavorecida se rebela contra el sistema; pero no a modo de revolución al uso; y me explico: Se trata de mostrar actitudes de disconformidad que rayan la irreverencia, que llevan a límite las fronteras del comportamiento, marcadas por una sociedad ajena a su condición previsible y regularizada. Dicho lo cual, les lanzo una pregunta: ¿Serían ahora capaces de describirme la escena de un duelo? Uno que lleve al asalto en estos días presentes. Dicho de otro modo, ¿cómo sería un hipotético contexto de duelo ideal para ustedes? - Maestro, partiríamos de un previo conocimiento de nuestra disciplina por parte de la sociedad en su conjunto, ¿no es así? - Así es, Luis Francisco. Entenderíamos que la Esgrima Láser, como actividad humanística y académica, es conocida por un pequeño porcentaje de la población. Suficiente como para ser entendida como una actividad minoritaria pero existente. - En ese caso, el espacio idóneo sería la Glorieta de América, en el Paseo de Linarejos de Linares. Un emplazamiento amplio, alejado de la concurrencia de personal ajeno a lo acontecido. Con abundante expectación procedente de pubs y bares cercanos, que acuden curiosos a intentar entender que ocurre. Para el “publico” presente, sería un espectáculo en toda regla, como cualquier conflicto de hoy día, un sábado cualquiera, pero con más solemnidad; un Juez de la calidad de Dante, ataviado con su indumentaria particular y con chaqueta de cuero. - ¿Y usted, Araque? - Mi idea difiere, en mayor o menor medida. Imagino un callejón apartado, en la oscuridad de la noche. Con charcos encendidos por los luminosos que se reflejan, con un público igualmente discreto y en silencio. Eso sí, el lugar estaría abarrotado, pues el espacio para los presentes sería escaso, a ambos lados de un área que se extiende ceñida a la callejuela. El duelo estaría conformado por un tirador fiel a la Academia y otro que quiere aprender más. El aprendizaje y el crecimiento personal son pues el motivo que propicia el duelo. - ¿Miguel Ángel? - Me sitúo en la misma línea que mi compañero Araque, Maestro. Entiendo que la discreción de la noche y el cobijo de una calle estrecha, dan lugar a un escenario ideal. - Su descripción, Víctor, si es tan amable. - De noche, en un espacio alejado de las multitudes, con un público escaso. El duelo habría de ser preparado desde hace tiempo. Los tiradores se habrían estado estudiando mutuamente, habrían invertido tiempo en mejorar aspectos muy específicos de su técnica para hacer frente a ese contacto. - Ricardo, su turno, por favor. - Pues imagino un duelo en que ambos tiradores pertenecerían a la Academia, pero obrarían llevados por la ira, desde luego. Al menos uno de ellos habría retado al otro. El duelo se celebraría en categoría de “absoluto” y de manera discreta. - Ricardo, entenderá que el duelo que ha sido retado ha de ser ineludible. Esto lo convierte necesariamente un duelo público. Además, tiene que saber que tan solo un Furasshu o un Maestro pueden retar a duelo. Créame, una figura de tan profundo y probado conocimiento marcial, no actuaría normalmente llevado por la ira. - Disculpe Maestro, esos detalles tan concretos no los conocía. - No se preocupe, Ricardo, es lógico su desconocimiento, al fin y al cabo es usted uno de los alumnos más nuevos de la Academia. Su opción, Parrilla. - El motivo no importaría, en principio. Pero sí la preparación de duelo, y sobre todo el escenario: explanada del Pozo de San Vicente, Mina de San Miguel - El Mimbre. Este emplazamiento posee para mí unas connotaciones sagradas (que no religiosas). Los tiradores serían acompañados solamente por el juez, un Furasshu que diera fe y, si procede, el Kigen de la Academia. Disfruto profundamente ese emplazamiento por ser un punto icónico de la ciudad, que además, resulta muy pintoresco. - No sé si se han percatado, pero todos han descrito el duelo arquetípico del siglo XVI o XVII. Una época en el que sólo unos pocos accedían al conocimiento, en la que las rencillas se cobraban en la noche, a la luz tenue de unos testigos y huyendo de una mirada inquisitiva que podría impedir la comunión. Sin embargo, hoy día, todos podemos acceder a este saber si así lo deseamos. Ya no está justificado que la riña llegue a mayores, pues el conocimiento y su expansión ha dado a luz a una consciencia que nos hace entender cuán sumamente ineficiente el uso de la fuerza. Para nosotros los académicos, el duelo es, y ha de ser, un examen profundo sobre nosotros mismos, sostenido y guiado por una motivación más que notoria: crecer a través de la esgrima, que facilitará exponerse y experimentar una sensación de tensión abrumadora y sobrecogedora por parte de ambos tiradores. - Maestro, yo no he dicho que sea de noche. - Cierto Luis Francisco, es seguro que hemos supuesto todos que así era, pues los bares y los pubs suelen estar concurridos desde el ocaso hasta el anochecer, incluso hasta el alba. Dicho esto, y teniendo en cuenta que pese a la mayor o menor violencia que ejerzamos a la hora de tirar - pues la violencia es un fenómeno natural, independientemente de la controversia asociada a su incomprensión -; y siempre de manera científica (conociendo en todo momento qué es lo que hacemos)… ¿Podríamos decir que nuestra actitud es cyberpunk? - Nos hemos imaginado los duelos en un contexto nocturno porque, utilizando la metáfora de nuestra causa instrumental que nos distingue, es la mejor manera en que un Furasshu es capaz de iluminar, de manera literal y filosófica. En ningún momento pretendemos cambiar el mundo “hipertecnologizado”, pero sí la perspectiva de las personas, como agentes del conocimiento que somos en la práctica. Todo ello a través de la esgrima y las disciplinas adyacentes. Ello nos proporciona un concepto holístico y nos ayuda a difundir el conocimiento. Eso sí, no somos “revolucionarios” y no resultará útil actuar como tales. - Nos interesamos por la gente a la que no le interesa el conocimiento; pues estamos ávidos de crecer planteándonos cuestiones que nadie se plantea. De esta forma, el duelo sería un debate, no una situación exclusivamente ofensiva o impositiva. - Y esa violencia implícita, aunque sea de manera científica y con la disposición más funcional posible ¿no sería algo contradictorio con la filosofía pacífica de la Academia? - Araque, la violencia es inherente a la Naturaleza misma. No se trata de una fuerza benigna ni maligna, mucho menos contradictoria o coherente. No existe una perspectiva absoluta que pueda determinar cuándo un gradiente es violento y cuándo no lo es. Así pues, hacer uso de la confrontación consciente y doméstica, es un recurso para favorecer el crecimiento. La violencia tan sólo es resultado del contraste entre distintos sistemas que están interrelacionados. De este modo, la violencia implícita en la actividad duelística, tiene como símil toda aquella fricción que se genera entre dos posturas que no están definidas del todo, y que por tanto, necesitan de la retroalimentación de su oposición para entender su lugar. Al igual que un sujeto necesita saberse perdido para buscar un camino, el duelo expone al tirador a una referencia, que sin ser absoluta, le orientará sobre su estado y posición dentro de la disciplina esgrimística y de las adyacentes. Por lo tanto, y como conclusión, podríamos ser perfectamente etiquetados como cyberpunk; así como lo podría ser nuestra actividad marcial, pues lo que pretendemos es cambiar algunas cosas y auxiliar a la gente que nos rodea, asistiéndole a obtener el conocimiento por medio de la comprensión de su contexto, sin dogmas, evadiendo la responsabilidad de pertenecer a una corriente social y siendo autosuficientes en el proceso. Todo ello tiene lugar, en un contexto definido y deprimido por una pandemia mundial, en una sociedad tecnológica y marcadamente compleja, en lo que a su interacción telemática respecta. Además, hay que mencionar nuestra causa instrumental, considerablemente avanzada en su naturaleza literal y profundamente marcada por la tecnología presente. Así pues, puedo aseverar que “no aspiramos a ser diferentes, sino a ser eficientes”, usando la oportunidad que nos brinda la Esgrima Láser, como disciplina marcial y humanística, para adquirir conocimiento y usarlo de una manera elegante para extenderlo. La falaz unión entre la violencia y el guerrero. - Parrilla, esta tarde en la clase individual, mientras comentábamos las distintas implicaciones y ámbitos de aplicación de la esgrima, justo cuando hacía una reflexión sobre la profundidad que adquieren en la conducta los principios lógicos del uso eficiente de las armas, he dicho una frase: “El guerrero no es aquel que combate, sino quien sale victorioso sin hacerlo.” - Me parece una magnífica reflexión Maestro. De hecho, así lo han sostenido expertos en el arte de la guerra como Tai Kung y Sun Tzu. Una “máxima” que incluso se ha repetido en otros contextos artísticos de nuestra era, como en el cine. Baste recordar que en la película Karate Kid I, el Sr. Miyagi le decía a Daniel Larusso que “la mejor forma de ganar es no pelear”. - Esta cita es mía, aunque no dudo que otros la pudieron decir antes. Tiene su génesis en la reflexión sobre distintas situaciones que he vivido dentro de entorno operativo. Le cuento: La gente entiende que el guerrero es aquel hombre aguerrido, de tez quemada por el sol, piel castigada, músculos prominentes y una predisposición animal a elevar el conflicto hasta pretender resolverlo con la violencia, queriendo eliminar a su opositor, sin reflexión sobre ello. Humildemente, tengo mi discrepancia. Para este servidor que le habla, el guerrero es aquel que vive del conflicto y dentro de este, y que por tanto, tiene la capacidad demostrada de controlarlo y ponerlo a su favor. Claro está, como en cualquier otra profesión, será la eficiencia en la resolución de dicho conflicto lo que marcará la valía y demostrará el grado de experiencia del sujeto en cuestión. Ahora bien, entenderemos y estaremos de acuerdo, en que es más eficiente solucionar una determinada situación en su inicio, que una vez desarrollada, puesto que habrá menos elementos que controlar. Así pues, será más eficiente aquel guerrero que actúe con diligencia y decisión ante el primer atisbo de conflicto, en una fase larvaria y latente, cesando así el crecimiento de este sin intervención ni uso de la fuerza. Incluso, un sujeto con una experiencia notablemente dilatada, la perspectiva acertada y una capacidad predictiva desarrollada, puede hacer que no llegue a tener lugar aquello que se presentaba como un seguro aprieto. Por tanto, el ejemplo y más fiel retrato de un guerrero no será aquel que lo parezca o esté inmerso en una constante vorágine de violencia y disgusto. Sino que lo será aquel que demuestre ser humilde, sereno, y coherente, cesando el conflicto a su favor, antes incluso de que surja, de manera elegante y conciliadora, y pese a poseer una ventaja clara en la resolución por la vía extrema de la fuerza. - ¿Se podría decir, a modo de ejemplo, que en mi condición de artista marcial llegaré a ser un gran guerrero si jamás he utilizado mis conocimientos de defensa personal y combate cuerpo a cuerpo? - La problemática implícita en esta reflexión está en la dificultad para determinar quién es quién: Esto se debe a que quien parece un luchador, en algún momento del tiempo, probablemente lo sea sin entender su significado o repercusión, y demostrará su vigor ante un atónito público que romantizará su torpeza. Por otro lado, aquel que gracias a sus capacidades, experiencia y estudio quede ajeno al conflicto, no dará muestras presentes de su valor, pues la lucha será previa y le llevará a la victoria sin expresión notable de violencia. Por tanto, no dará lugar a tener que demostrar su capacidad ejecutiva, pese a que habrá de tenerla, pues será necesaria su adquisición previa para la comprensión de la profundidad y posibilidad de su aplicación. No obstante, le dejo una reflexión: Piense que aquel capaz de atajar el conflicto de manera temprana, lo hará por su capacidad de identificarlo. No dude que esa habilidad únicamente la habrá podido desarrollar con la experiencia en entornos más hostiles. Quien hoy indulta, ayer hubo de no hacerlo. Del respeto al vencido. - Parrilla, le noto hoy visiblemente preocupado. ¿Qué le ocurre? - Maestro, hoy he tenido la oportunidad de vengarme de alguien que en un pasado no muy lejano jugó con mi honor, incluso con mi salud. No me sonrojo al reconocer que por un momento he sido capaz de saborear las mieles del éxito a costa de esta persona, de la misma manera que aquélla lo hizo conmigo. Robert Greene, en su libro Las 48 reglas del poder –trabajo aplicado al mundo laboral y político- afirma la imperiosa necesidad de aplastar por completo al enemigo. Pues si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se pierde más por una aniquilación a medias que por una exterminación total. Y ello es así porque el enemigo se recuperará y buscará venganza. Es por eso que hay que “destrozarlo por completo”. Sobre todo si antes ha sido un amigo, como es mi caso. Incluso Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en El Príncipe asevera que “debe notarse, pues, que a los hombres hay que halagarlos, o de lo contrario aniquilarlos; se vengarán por pequeñas injurias pero no podrán hacerlo por las grandes; la herida que inflijamos a un hombre debe ser, pues, tan grande que no tengamos necesidad de temer su venganza.” Sin embargo, he sentido una profunda sensación de desasosiego espiritual que me ha hecho recordar aquello que Marco Aurelio quería recalcar sobre cómo alcanzar la Virtud, en ese sentido: por un lado, la mejor manera de vengarte de un enemigo es no pareciéndote a él. Y en caso de que debas emplear medidas punitivas, castiga sólo al culpable. También he recordado sus lecciones sobre la necesidad de mantenerse constantemente dispositivo en el medio, y que sea el paciente el que, tras una maniobra oclusiva por nuestra parte, decida si quiere o no continuar. Y en caso afirmativo, sería él responsable de su propia desgracia. - Parrilla, ha de entender la diferencia entre el cese de las hostilidades y la total inhabilitación de la oposición. Cuando Greene hace su exposición, es en referencia a cuando se pretende cesar con la actividad opositora en su totalidad. Esto es un recurso eficiente desde el punto de vista de nuestros propios intereses, mas es sumamente ineficiente si se pretende mantener una diversidad de perspectivas y conservar vivas fuentes distintas de conocimiento. Un ejemplo de esto es aquello que una Roma victoriosa decidió hacer con sus opositores púnicos, arrasando Cartago hasta no dejar evidencias de su civilización. A día de hoy, cuando miramos hacia atrás para reconstruir nuestra historia, nos damos cuenta de lo sumamente ineficiente que resultó la venganza romana, pues con su acto, dificultaron nuestro conocimiento objetivo de lo acontecido y eliminaron fuentes de conocimiento, que de seguro, habrían acelerado la expansión de la cultura y tecnología. Así pues, podemos entender que pese a ser una idea que juega en contra del conocimiento universal, el hecho de acabar con todo atisbo de oposición, impide la creación de un nuevo foco de contrariedades. Por otro lado, existe la posibilidad de únicamente pretender el cese de las hostilidades. Si esto es llevado a cabo de una manera contundente y definitiva, posibilitará que la oposición entienda la ineficiencia de un futuro enfrentamiento. Es en este punto donde hay que reparar, pues será necesario hacer entender al opositor que su esfuerzo es en balde, mas nunca pretender despojarlo de aquello que atesore, ya sea dignidad o bienes, pues sin estos no temerá perder nada en un acto de venganza o nueva agresión hacia nosotros. Hace tiempo, tuve que proteger, reprender, al tiempo que aconsejar a un hombre a mis órdenes, pues creyó tener derecho sobre aquel a quien venció: “Cuídate de no humillar a tu opositor, pues si le arrebatas todo, no tendrá nada que perder contra ti.” - Y así lo haré. Al final, he desistido. Me mantendré siempre dispositivo en el medio. Y si he de iluminar, iluminaré. Estulticia contra Conocimiento - Maestro, suele pasar que a veces, y de manera inconsciente, consideramos que un oponente vence por su capacidad de gritar y de gesticular histriónicamente. De esta forma, dan una apariencia de personas que siempre salen victoriosas. Por desgracia, es algo muy común en la “política circense” o “pseudopolítica” que nuestros “ínclitos representantes”- si es que en verdad lo son - vienen prodigando a día de hoy. No obstante, en ningún momento reparamos en la persona que escucha toda esa verborrea sin sentido. Me refiero al contrincante; que escucha en todo momento y permanece atento y, de forma lacónica, deja sin argumentos al falso orador. - Así es, Parrilla. - Pues he observado que eso también parece ocurrir en durante el combate. Parece ser que el tirador ruidoso es el que más llama la atención ante un público profano, que no comprende nuestra disciplina. Sin embargo siempre gana aquel que se yergue y afirma de manera silenciosa y sencilla pero elegante. Pues conoce bien la disciplina y sus enormes posibilidades. Creo que eso también podría extrapolarse al ámbito de la retórica y la dialéctica. Luego, sería justo afirmar que, ante un combate, hemos de temer siempre al silencio, y no al ruido. ¿No es así? - Efectivamente Parrilla. El conocimiento siempre pierde la batalla ante la estupidez, mas gana la guerra. Conoce de mi añeja aversión a tratar cualquier tema que tenga que ver con la política presente, más si cabe, cuando este ronda aledaño a nombres propios o acciones concretas. Si son o no vuestros representantes esos a los que usted nombra, no es un asunto que pueda dominar o sobre el que tenga un control apreciable. No obstante, he de decirle que tan solo la obra de un hombre puede representarlo. Con esto asevero que de lo único que estoy seguro es de que a este humilde servidor que le habla, no lo representan más que sus actos. Por ello, he de centrarme en ser un referente para mis pupilos, para mis vecinos y para aquellos que me tienen en su entorno, pues será sobre ellos sobre los que tendré una repercusión notable y en los que pesarán mis aciertos y errores. Por tanto, no puedo hacer apreciación alguna sobre aquello que prodigan individuos tan lejanos a mi medio, que ni tan siquiera influyen en él sin permiso de mi subconsciente. Asimismo, aplicando la razón, quedo al margen de estímulos sensoriales que engañan a mi intelecto para producir sensaciones aparejadas a la forma de actuar de aquellos que vemos. Y me explico: El ser humano está inicialmente diseñado para empatizar, comprender y coordinarse con los sujetos con los que interactúa. Esto, cuando la cognición humana se forjó, únicamente podía tener lugar entre individuos cercanos, presentes y con potencial de influir unos sobre otros. Por ello, la forma en la que decimos las cosas tiene una relevancia superlativa en la manera en la que se entienden. Así pues, cuando en el momento en que vivimos, gracias a los medios de telecomunicación vemos a alguien lejano, en intereses o localización, nuestro subconsciente nos hace entender que es posible y real la interacción, y por tanto, nos hace reaccionar instintivamente a su expresión, de forma similar a si estuviese cercano o presente. Así pues, cualquier sujeto que por vía telemática profiera ofensas sobre nuestra persona, tiene el potencial de generar el malestar asociado a sus palabras, independientemente de su posición, interés o incluso intención. Claro está, si aplicamos la razón, la lejanía del individuo, hace perder potencial real a palabras, y por tanto, las hace inertes. No obstante, esta condición es la responsable de hacernos profundizar en otros elementos y productos humanos, que normalmente nos resultan más placenteros que el agravio, como por ejemplo, la música, la literatura o el cine. Cosas que si aplicamos la razón, también puede ser vano para un receptor que repare sobre la lejanía o incluso ficción de los eventos de esa canción, libro o cinta. Nos damos cuenta, pues, que el ser humano tiene el poder consciente de discernir qué elementos de lo percibido le afectan y condicionan, o al menos, de controlar la profundidad en que lo hacen. Esto mismo tiene lugar en el duelo: La elegancia de la obra la ciñe a la optimización del movimiento y de la energía usada, así como une a lo obrado con la intención de aquel que obra. Se dará lugar así a una expresión sencilla de la biomecánica, que mantendrá la óptima disposición antagónica y buscará sin alardes el control de la hoja opositora, dando conclusión al asalto de manera fugaz y eficiente. Por otro lado, siempre existirá aquel que sobreestime el potencial de la faz, o sea, la capacidad que tiene una actitud mostrada para condicionar a su opositor. Claro está, que cualquiera se verá instintivamente condicionado, por el mismo principio de simpatía, ante una actuación plumífera y adornada, de alardes y parabienes, con efectos y manifiestas intenciones en nuestra contra por parte de un opositor. No obstante, en coherencia con mi discurso de que a un hombre le representan sus actos, cualquier alarde o artificio no será un elemento a tener en cuenta, pues la lejanía existente entre lo expuesto y realmente llevado a cabo, justificará que no se tenga en cuenta el prejuicio estético del opositor para acondicionar nuestra obra, pues solo será el potencial real de la obra de nuestro opositor lo que interactuará con nosotros. Dicho esto, la estulticia de manifestar pomposamente frente a un opositor sereno la intención de ejecutar sobre él, o exhibir a los presentes los escasos argumentos atesorados sin medir el momento, tan solo dará a entender la necesidad de apelar a recursos psicológicos elementales para maximizar y defender una obra que se preverá poco elegante o madura. Así pues, la expresión llamativa, vistosa, exagerada hará atraer la atención de un público profano, que por su lejanía con los intereses y conocimientos del tirador usuario, no tendrá relevancia alguna, y sin embargo, lo expondrá a las repercusiones de su propio fracaso. De esta manera, será el tirador experimentado aquel que posea la pericia para determinar qué aspectos de su faz habrá de revelar a su opositor para elevar la posibilidad de éxito, olvidando cualquier otro espectador circunstante, que por no estar implicado en el duelo o no entender los aspectos técnicos implícitos, no tendrá relevancia alguna para él. Por tanto, no olvide: "El mediocre tendrá en cuenta a los ajenos, pretendiendo ser conocido. Mientras, el sabio se centrará en aquellos que verdaderamente le influyan y sobre los que tenga responsabilidad, resultando ser reconocido.” Sobre el bien y el mal - Parrilla, le noto algo tenso. ¿Podría ayudarle en algo? - Maestro, tengo un pasado y una experiencia acumulada que no siempre suele ser funcional. Durante mi adolescencia e inicios de mi juventud; he sentido siempre un profundo resentimiento con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; en todo su amplio espectro: desde el nivel local a las altas esferas nacionales. Ello se ha debido a mis experiencias, que no han sido para nada beneficiosas a mi persona. Los odiaba al pararme simplemente por cómo iba vestido, por “correrme” cuando protestaba en la Universidad, por el daño que le hicieron a familiares míos en otros tiempos más oscuros de nuestra historia reciente como país. Los consideraba, pues “malos”. Conforme he cumplido años y he ido aprendiendo de la vida, he podido observar que resulta absurdo juzgar a todo un conjunto por la actuación de unos cuantos. Es más, personas a las que respeto profundamente trabajan en el seno de estos cuerpos. Más aún; son personas que, pese a disentir en ideas y pensamientos, me respetan. Incluso me aprecian; un sentimiento mutuo. Dicho sea de paso. Sé que pudiera parecer un cliché pero, a estas personas las catalogo como “buenas”. En cualquier caso, mi visión dejó de ser generalista. - Parrilla; no llego a entender cuál es entonces el motivo de su preocupación. - Cuando el viernes 12 de febrero de 2021 dos policías agredieron brutalmente a un hombre y a su hija de 14 años, las tripas se me revolvieron. Peor fue cuando me enteré - por redes y otros medios - del amplio historial de irregularidades cometidas por estos individuos amparados en sus armas, uniforme y el encubrimiento de sus compañeros. Y peor aún cuando fui a la manifestación convocada a protestar por este hecho y vi actitudes agresivas por parte de aquellos que se suponen deben garantizar nuestra seguridad y nuestra libertad. Cierto es que la actitud de algunos manifestantes también fue agresiva, pero este tipo de cuerpos está especializado en resolver conflictos sin causar daños, o al menos causar los menos posibles. En ningún momento pude - ni puedo - considerarlos como “buenos”. Y ahí volvieron a resurgir mis viejos fantasmas del pasado. Y siendo consciente de que no todos son iguales, volví a verlos como una amenaza… como “malos”. Sinceramente Maestro, me asusta que este pensamiento tan maniqueo pueda interferir tanto en mi aprendizaje como esgrimista láser; como en mi actitud ante la vida. - Parilla, antes de nada he de mencionarle algo que le resultará liberador y que facilitará su día a día, así como la toma de las decisiones futuras: Esto es que sus experiencias, no habrá de entenderlas como buenas o malas, beneficiosas o negativas, pues no dispondrá una perspectiva universal para dar ese juicio, menos aún para entender todas las implicaciones posibles de los eventos que le han acontecido o acontecerán. Por otro lado, si habrá de considerarlas como imprescindibles para ser quién es hoy, y para que usted esté aquí conmigo, hablando y reflexionando. O sea, habrá de estar agradecido a todo aquel que ha intervenido en que esto sea así, pues de un modo u otro, la inferencia suya con otros individuos ha determinado su manera de ser y de pensar. Y déjeme añadir que me he de sumar a ese agradecimiento a aquellos que le hicieron así, independientemente de los métodos que estos usasen, pues tener un pupilo como usted, para mí es un honor, un placer y un motivo de profunda alegría. Podrá observar, que es plenamente posible mutar el resentimiento y rencor por los hechos pasados, permitiendo la liberación de ellos, y por tanto, de los sesgos que están aparejados. Esto se hará por medio de entender que toda experiencia es necesaria para la construcción de una vida. Por tanto, la aversión a individuos que han dificultado el tránsito por ella, es ceder ante el instinto animal de huir del reto. Pese a ser anti-intuitivo, es debido a esas dificultades y vicisitudes que nuestro crecimiento se magnifica y acelera. Dicho esto, voy a contarle algo, que desde mi experiencia, he podido entender: Hace unas semanas le decía que a un hombre le representan únicamente sus actos. Ni su uniforme, ni su identificación profesional podrán dar fe de quién es. No obstante, estos elementos le atribuyen unas funciones, que serán, por su cumplimiento u omisión, por las que habrá de ser valorado su trabajo, mas no siempre su persona, pues son conceptos distintos que deberán ser separados para no caer en una falacia, recurrente a la par que caduca. Asimismo, la honestidad, serenidad y sabiduría del individuo uniformado habrá de impregnar su labor y tintar su vestir, asegurando que al formar al sujeto, se formará a la autoridad que este pueda representar. La indumentaria portada por los efectivos, policiales y militares, tiene distintas funciones según la naturaleza de estos. En los cuerpos de seguridad ciudadana, con los que usted habrá tenido mayor contacto, dichas funciones son la de aportar uniformidad, asistir tácticamente al operador en cuestión y separar al individuo de aquello que representa. Esto último, hace que desde la perspectiva de un mero espectador profano, todos los efectivos aparenten ser el mismo, asociando el rasgo más característico a la función que realiza, ya sea esto el color del uniforme o una prenda concreta. Así se facilitará la sensación, de que tras un uniforme estándar, siempre habrá una figura igualmente estereotípica preparada para su función. Esto acarrea una serie de inconvenientes, del que uno de ellos resulta ser capital, pues se trata de la deshumanización del sujeto uniformado. Así pues, se da lugar a una idealización o demonización de los operadores policiales o militares, que los desarraiga de los aspectos personales, desde el punto de vista de aquel que no está familiarizado con su imagen o pertrecho. De esta manera, se polarizan las expectativas puestas en ellos. Por un lado, se espera que un individuo, por el hecho de portar el traje de faena, sea infalible en su juicio, frío en sus decisiones, impersonal con aquel que interactúa y que posea conocimiento sobre la totalidad de las variantes que pueden emerger en una intervención. Por otro lado, aquel que no le sea grata la figura de un cuerpo policial o militar en concreto, o de la totalidad de ellos, tenderá a conectar el uniforme con aspectos claramente impropios de cualquier ciudadano. Podrá percibir como injusta una actuación sobre él, le atribuirá alevosía, entenderá al verse afectado que el efectivo agente tienen una causa particular y/o personal implícita, o incluso, que debajo de la gorra habrá un sujeto corrupto por ciertos intereses propios. Una vez tengamos una experiencia contraria a nuestro prejuicio, se generará un golpe a nuestras creencias. Un golpe que marcará de forma muy particular nuestra predisposición para las siguientes interacciones entre los agentes y nosotros. Para algunos, tras el odio, los agentes se volverán paladines del honor y la justicia, mientras que para otros, también víctimas de su prejuicio, podrá parecer que detrás de un casco y un escudo, solo hay un robot al que increpar haciendo uso de la libertad de expresión. No obstante y de momento, siempre habrá una persona ahí dentro, con sus emociones, sesgos, intereses e historia, que podrá estar enfadada, cansada, asustada, con frío, calor, sueño, hambre, ira, presión, estrés, tranquilidad, inquina… En definitiva, será una persona, en toda su dimensión, con sus virtudes y miserias. Olvidar todo esto es producto de los sesgos humanos, y demuestran que no somos infalibles como tampoco los son aquellos de uniforme. No obstante, es notable una cierta laxitud institucional existente en el respeto debido al arma y al uniforme, basada en el desconocimiento generalizado en la sociedad civil, y concretamente observable en el ámbito de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El respeto al arma, que se entiende a día de hoy, es simplemente no hacer uso de ella. Mas el respeto profundo a un arma no es dejar de usarla, sino, estudiar, entrenar y concluir sobre cómo no necesitarla, obrando en consecuencia. Es por esto que yo, como Kigen de la Academia, hago tanto hincapié en obrar siempre desde la razón y desde la reflexión, en definitiva, desde el conocimiento. Permitiendo representar un ejemplo para aquellos que tratan con las armas, pues somos sujetos que las estudian, en su uso y su relación humana. Todo esto conlleva una responsabilidad que ha de estar sujeta a la conducta del individuo y sostenida por la pretensión de aislar los instintos de la decisión. Así pues, al respetar tanto el arma como el uniforme propio, y al entenderlos como elementos relacionados, queda razonado que no se ha de frivolizar con estos, así como que no se ha de hacer uso desmedido de la disuasión y supresión que generan, pues la vestimenta de servicio, al igual que el arma aparejada, representan el uso de la fuerza, que habrá siempre de ser medida y controlada para auxiliar, nunca usada para entorpecer. Por ende, le digo, que una vez que se separa la actuación policial o militar de la intención personal de cada una de las personas que componen un operativo, carece de sentido lógico atribuir maldad o bondad a cada uno de ellos por los resultados de su trabajo. Pues, como dije hace mucho, algo nos resultará bueno o malo según si está en concordancia o no con nuestros propios intereses. Dependerá por tanto de los suyos particulares el hecho de considerar bueno o malo a cualquier otro. Tenga en cuenta que al catalogar el bien o el mal estará obrando sesgado por sus emociones humanas, que distarán mucho de la lógica y condicionarán su juicio, cayendo en el mismo error de aquellos a los que señala por su actuación ineficiente, dentro o fuera de servicio, y a los que pide la optimización de su labor. Parrilla, por todo esto, habrá de estimar a sus fantasmas, conocer sus sesgos y controlar sus prejuicios, evitando caer en el error de prejuzgar a aquellos de los que solo ha visto su uniforme. Con ello, alcanzará a ser un ejemplo, para sus compañeros y para cualquier ajeno a la Academia, pues será su conducta lógica y reflexiva la que le unirá a aquello que representa el uniforme, así como la que condicionará su uso del arma láser. Si no pretende que los efectivos de nuestras fuerzas del orden público actúen llevados por las emociones, no lo haga usted. En conclusión: Si sabe lo que está bien o está mal, estará errado. - Gracias Maestro, sus palabras me han llenado de luz. No obstante, hemos de reconocer que se trata de un arduo trabajo personal de autosuperación; pues son muchos años los que llevo cargando la mochila de este sesgo. Ruego sea paciente conmigo. Sobre la esencia del Furasshu - Apreciado Maestro: quiero contarle que llevo unas semanas especialmente contento. Y lo mejor de todo es que dicha sensación no es causada por nadie. - Pese a creer entender lo que me quiere transmitir, explíquese mejor Parrilla. Creo interesante que lo verbalice, y es posible que encuentre en su exposición conceptos que no alcanzo a imaginar. - Es muy sencillo, Maestro: últimamente consigo alcanzar casi todos los objetivos que me marco. Y cuando no lo logro, analizo los posibles hándicaps e intento arreglarlos, aprendiendo del error. Claro está que las metas que me marco – a diferencia de antes – ahora son cortoplacistas y realistas. De esta forma las posibilidades de éxito resultan mayores y más factibles. Incluso cuando estoy con usted, en clase, y soy consciente de mis avances, me invade una sensación de alegría y de efectividad altamente satisfactoria. - Tengo la obligación de confesarle de que me alegro por usted. Y añado algo, pese a lo que usted pueda pensar, no tengo duda de que eso que siente es un punto fundamental y clave para ser un más funcional y eficiente tirador. Su perspectiva de sí mismo va a bañar su práctica, su relación con la esgrima y, como no puede ser de otro modo, la que tenga con las armas. - Y tiene razón, Maestro. - Parrilla, explíqueme entonces por qué cree usted que yo también le veo más capaz ahora. Reflexiónelo en voz alta, por favor. - Pues parece bien sencillo. En mi vida laboral y personal he recibido reconocimiento y alabanzas; por distintas personas de formación e inquietudes de lo más dispares. Entrenando Krav Maga también he podido ver cómo, después de ser comedido en la ingesta y habiéndolo compaginado con otros deportes más moderados, mi rapidez y mi capacidad de reacción han crecido de manera exponencial. Del mismo modo, mis niveles de lípidos han descendido; algo que determinadas personas han sido capaces de reconocerme. Igualmente, usted mismo en alguna que otra ocasión me ha dicho que mis capacidades técnicas como tirador han mejorado últimamente. Ello supone un balón de oxígeno para mi autoestima. - Me está dejando ver, inconscientemente, que en parte sostiene su valoración personal de sí mismo y, por ende, sus niveles de serotonina y dopamina en el reconocimiento externo, tal y como leo entrelíneas de sus palabras. Pues déjeme que le diga algo… no es esa la forma óptima de interaccionar consigo mismo. Además, sé por lo observado que su júbilo no está plenamente fundado en ello. La dependencia de estímulos externos, el apego a los “piropos” de la gente y la necesidad de alimentar el ego, sólo conseguirían esclavizarle. El método que puede generar una autoconfianza sostenible, es cultivar un criterio propio sólido y coherente con lo observado, por medio de la adquisición de datos e información de su entorno. Este podrá dar lugar a una perspectiva ligeramente subjetiva de usted mismo, y por tanto, a un sentido autocrítico, con base ancha y relativamente independiente del juicio ajeno. No obstante, siempre habremos de entender de la utilidad y la necesidad de sentirnos amados, queridos, admirados y positivamente juzgados. - Ahí es donde quiero llegar Maestro. No voy a decir que no me ha gustado sentirme valorado. Pero durante el día, en diversos ámbitos de mi vida, llevo a cabo tareas que para mí terminan de manera fructuosa. Con los consiguientes resultados que sólo yo conozco… y por eso me invade la felicidad. Pues he llegado a comprender que ésta sólo es posible cuando viene de dentro, y sólo uno mismo es el responsable de que ello ocurra. El nivel de autonomía que alcanzo es directamente proporcional al de bienestar en el que llego a encontrarme. Bienestar conmigo mismo, orgullo de ser quien soy – con mis defectos y limitaciones -, pero sin soslayar la humildad. Henchido de dicha por ser capaz de someter al ego sin necesidad de acabar con él. Es la misma sensación que me invade cuando consigo un punto en un sparring – pesado o ligero, es igual – y lo celebro de manera interna, sin hacer ningún tipo de aspavientos ni llevar a cabo actitudes histriónicas que pudieran rayar en el exhibicionismo. Dicho de otro modo, Maestro, estoy contento y feliz conmigo mismo, sin necesidad del reconocimiento ajeno; y mucho menos de cualquier tipo de algún hipotético premio. Resumiendo, sé lo que soy y estoy contento. Independientemente de si los demás lo reconocen. - En cualquier caso Parrilla, es honesto ser consecuente con aquello que nos conforma, que es en esencia nuestra fisiología, experiencia, y la imagen de nosotros mismos y nuestros actos que nos hacen llegar los demás a través de su juicio. No obstante no es útil centrarnos en uno solo de esos aspectos para avanzar, pues lo estaremos haciendo ciegos y sin rumbo. Así pues, habremos de tener una experiencia dilatada, una fisiología conocida, entendida y controlada, y por último, habremos de prestar atención a lo que el mundo nos cuente sobre nosotros, pues será una guía útil para entender la dirección en la que andamos. Igualmente, el duelo, está ideado y destinado a confrontar la idea que tenemos de nuestro desempeño esgrimístico con aquel que eventualmente sea nuestro opositor. Será por medio de la confrontación y la mesura en asalto de duelo, que podremos comparar el concepto que poseemos de nosotros mismos con una realidad hostil, de la que realmente se destilarán los aspectos a mejorar y pulir, no solo de nuestra esgrima, sino de todo aquel conocimiento que ha dado lugar a ella. El objetivo que de todo esgrimista laserino habrá de marcarse, para optimizar su aprendizaje técnico y filosófico, tendrá que ser el de acercar la imagen que tiene de sí mismo a aquella que el mundo le devuelve cuando se relaciona con él. Esto dará lugar a que un Furasshu posea una visión cercana y clara de sí mismo, máxime en lo relativo al ejercicio de la esgrima, que soportará su ego en la entrega al conocimiento, independientemente de la discrepancia de otros, entendiéndola siempre como una guía para no perderse en la profundidad de su imaginación. De esta forma, el Furasshu tendrá una perspectiva de su persona, objetivos y capacidades fundada en sus actos y en el análisis ilustrado de estos haciendo uso del conocimiento. Con ello se entenderá tal y como es, de un modo notablemente más acertado al que otros lo hacen, y por tanto, reducirá el criterio ajeno a testimonial. Recuerde: Aquel que es, lo es sin importar nada. La Esgrima Láser: la esgrima ecléctica. - Maestro, he de entender que nuestra disciplina – la Esgrima Láser – es una herramienta de crecimiento, tanto propio como común, ¿no es así? - Así es Parrilla, le cuento: La esgrima, desde su origen histórico ibérico es una actividad preparatoria, en la que el aspecto lúdico ha de estar tan implícito como el funcional, pues no tenía que ser obligadamente practicada para ser usada. De hecho, de la esgrima se hablaba originalmente como un juego, y ha de ser diferenciada del combate, dado que son dos conceptos distintos, perfectamente compatibles, que no necesariamente unidos. La esgrima se practicaba con el propósito de hacer mejor al tirador y crecer en el ámbito estrictamente esgrimístico, quedando habilitado el diestro que poseyera buen entendimiento, para usar los conocimientos adquiridos y aumentar el éxito en una riña verdadera, duelo, batalla o cualquier otro conflicto posible. Así pues, la esgrima es una actividad que busca el crecimiento del individuo, mientras que el combate es un escenario en que esos conocimientos pueden ser usados, o no serlo. No obstante, siempre hay quien ha entendido la esgrima como un medio para aprender únicamente a superar conflictos armados. Cabe decir que esa visión resulta algo vulgar, pues restringe el verdadero potencial de la actividad y la disciplina. Por otro lado, el aporte que la esgrima hace al individuo quedaría actualmente en aguas de borrajas si no somos capaces de alimentarla con el conocimiento adyacente de otras corrientes esgrimísticas anteriores y presentes que, a lo largo de la historia, se han venido desarrollando. Y en lo que a nuestra trayectoria compete, aquéllas han conformado un nutrido corpus técnico, que es parcialmente aplicable a nuestros estudios. - Esa es la razón por la que hoy quiero compartir con usted mi visión sobre este tema. - Cuénteme, Parrilla. - Para empezar, considero que es útil que analicemos las aportaciones de las “escuelas” esgrimísticas que más han contribuido a nuestra disciplina. La Verdadera Destreza del siglo XVII – el Siglo de Oro español - , personificada en la figura de Pacheco, sin olvidar a los autores posteriores, nos ha entregado conceptos directamente relacionados con disciplinas tanto empíricas como racionalistas. Me estoy refiriendo a que nos ha instando a pensar en las matemáticas, física, geometría y el conocimiento historiográfico, que les fue necesario para elaborar tratados consolidados y de enjundia con los que poder distinguirse de la Destreza Vulgar. De igual forma, podemos también entender que nos regala el respeto a la figura del Maestro y de su Sala, como epicentro y personalización de los conocimientos; inherente a la buena práctica de la disciplina marcial. Considero que ello lo podemos ver claro en muchos aspectos, por ejemplo, en la elegancia anatómica y geométrica de guardias, propias de la Esgrima Láser, como la española y su variante italiana conocida como De Fabris. Todo ello, enriquecido con una nomenclatura clásica, única y específica, de calado castizo, y perfectamente extrapolable a la Esgrima Láser; donde gracias a ello podemos configurar sin problema una adecuada frase de armas y analizar tácticamente cualquier contacto. Claro está, con las debidas y necesarias incorporaciones y modificaciones para contextualizar y ceñir la idiomática a un contexto distinto al originalmente histórico. - Me parece acertado que empiece por lo que podríamos entender como nuestro, dada su cercanía geográfica. Difícilmente podremos apreciar una cultura concreta sin antes conocer nuestra propia idiosincrasia. No obstante, hemos de entender, que la cultura es de quien la conoce, de quien la estudia y quien la usa, no de quien se la apropia sin más. Así pues, no debemos creer que por el hecho de ser españoles, somos herederos naturales de la Verdadera Destreza. Los verdaderos herederos de ésta serán aquellos que la entiendan y practiquen, independientemente de cualquier otro condicionante. Es por ello que ̶ a mi modo de entender ̶ la Verdadera Destreza a día de hoy no tiene dueños; pues es saber universal. Mas sin embargo, tiene guardianes. Y son aquellos diestros verdaderos que han trabajado para mantener viva la tradición, ahondando en los tratados, historia y museos, así como la han ejercitado y conjugado a los tiempos presentes. Es gracias a ellos, que la Esgrima Láser puede ser hoy lo que es, pues ha disfrutado y se ha valido del trabajo de esos estudiosos, que nos han facilitado el camino para subir a hombros de gigantes. Y no puedo hacer mención a lo anterior sin apelar uno de los hombres que ha hecho posible que la Verdadera Destreza siga viva: el Maestro Don Alberto Bomprezzi, a quien le hemos de agradecer su labor, haciéndolo extensivo a otros muchos Maestros que sin duda serían merecedores de estar en estas frases mías. - Así es, Maestro. Ahora, sin abandonar aún nuestro continente, nos adentraremos en la escuela alemana, donde la biomecánica y el análisis contextual de los conflictos cobran una importancia de primer orden. Me estoy refiriendo a la Kunst des Fechtens; obra culmen escrita en 1570 por Joachim Meyer; siguiendo las enseñanzas de Maestros como Johannes Liechtenauer o Hans Talhoffer. La forma de asir el arma con dos manos, así como el carácter contundente de sus propias obras, pueden perfectamente explicar el tipo de afirmaciones que emplean: Von tag (para movimientos naturales o hacia el plano superior del agente), flux (para ejecuciones en plano medio y/o superior) y ox (para violentos en montante y famontante). Maestro, afirmaciones y obras que utilizamos nosotros mismos en determinados medios, en los que la causa libre gobierna, y la extensión del diámetro común está cercana al límite de la distancia operativa. - Sin dejar de tener usted posesión de la razón, habría mucho que matizar, pues he de decirle que queda parco su análisis de la escuela alemana, sobre todo, de sus implicaciones en la obra y faz preventiva del medio de proporción laserino. - Soy consciente, Maestro. Por ello quisiera hablar ahora del aspecto más ritualista y filosófico de nuestra disciplina. Dicho carácter bebe directamente del Kenjustsu, perfectamente definido por el artista marcial japonés Miyamoto Mushasi en su obra El libro de los cinco anillos. Aquí el elemento psicológico resulta esencial para la disuasión y el éxito final del combate, mucho más productivo si éste no llega a producirse. En ese sentido, la bioquímica fisiológica se convierte en un resorte esencial para la inspección de las emociones y de la explosión hormonal que aquéllas generan, así como para el control del paciente; tan necesario para anticiparnos a su obra sin necesidad de implementar el uso de la fuerza. De esta disciplina japonesa aprendemos a respetar el arma, pues tal y como señala el Bushido - el código del guerrero - , forma parte de nuestro cuerpo. - Parrilla, su sinopsis sobre el carácter ecléctico de nuestra disciplina no deja de ser interesante. Y he de insistir en que su discurso sobre la implementación de la filosofía marcial oriental, peca de no estar completo. - Y tiene razón Maestro, La síntesis puede ser superlativa, pero tengo que ser breve obligadamente. Una vez conocidas las bases de nuestra disciplina, considero que es esencial adoptar una doble actitud en aras de consolidar todo este complejo volumen de conocimiento, tanto técnico como teórico; si pretendemos hacer del futuro Furasshu un guerrero completo. De la misma manera que el agua mana desde debajo de la tierra para dar lugar al nacimiento de un río; y sabiendo que cuando dicho curso desemboque en el mar se convertirá en vapor ̶ por mediación del sol ̶ para elevarse a lo más alto y descenderá a la tierra quien absorberá el agua para dar comienzo de nuevo al ciclo; el Furasshu debe partir de lo más bajo para subir a lo más alto y, por lo tanto, poder iluminar. La estabilidad, cualidad esencial del elemento terrestre, es vital para el control una vez te encuentras arriba. Como decía Sun Tzu en El arte de la guerra, la perspectiva que se tiene desde lo alto te permite obtener ventaja, en nuestro caso, sobre el paciente. Cuando hablamos de altitud no hemos de entenderlo de manera exclusivamente física; sino espiritual o ética: ganamos al paciente porque nos situamos por encima de él al disponer del conocimiento necesario para ganar. Eso sí, sólo es posible si antes hemos adoptado una postura humilde. Situarte en un plano superior te concederá la victoria, pero una vez arriba has de bajar otra vez y mostrar una actitud benevolente para con nuestros semejantes desplegando todo el conocimiento del que disponemos; y sobre todo para con nuestros oponentes. - Sin lugar a dudas. Una vez el conocimiento ha sido usado, hemos de volver a comprender nuestra naturaleza ignorante para disponernos preparados y adquirir más conocimiento. - Eso es, Maestro. - Todo lo que ha mencionado es coherente. No obstante, Parrilla, se le ha quedado pendiente una de las más grandes influencias que tiene nuestra disciplina. - Dígame Maestro, pues no conozco que ninguna otra esgrima tenga peso suficiente en la nomenclatura esencial de la Esgrima Láser como para nombrarla. - La ciencia, Parrilla, la ciencia moderna. Aquella del método científico. - Es cierto, Maestro, nos lo hace saber recurrentemente, pero no la entendía como parte de la esgrima o como una disciplina que mencionar en este ámbito. - Pues lo es, Parrilla, lo es. Tanto es así, que es aquello que gobierna sobre cómo se han estudiado aquellas escuelas históricas de esgrima, sobre cómo se han entendido y sobre cómo se han conjugado con otras disciplinas para llegar a la Esgrima Láser. El uso de la ciencia moderna da lugar a que la Esgrima Láser haga sobre sí misma un estudio epistemológico, intentando comprender con qué conocimientos cuenta y qué horizonte de conocimiento está por descubrir; justificando el auxilio del conocimiento de las escuelas que usted nombra y uniéndolo por el método científico con las disciplinas adyacentes: arte, matemáticas, física, biología, psicología, filosofía e historia. Al fin y al cabo, si Carranza y Pacheco no hubiesen hecho una reflexión sobre que aspectos de la esgrima vulgar estaban carentes de explicación, no hubiese evolucionado la esgrima. Y lo que hicieron fue implementar la ciencia de la en aquel momento disponían, con el método más sencillo posible: “El conocimiento cierto de una cosa por sus causas.” Eso mismo se está llevando a cabo desde la Academia de Esgrima Láser, implementándose la ciencia al estudio y conocimiento de las armas, usando una causa instrumental contemporánea, y un método moderno, que en este caso es el método científico. De esta manera: La Esgrima Láser, está sostenida en la Verdadera Destreza, en la Kunst des Fechtens y el Kenjutsu, conjugadas a una causa instrumental distinta y particular, haciendo uso de la ciencia y del conocimiento de las disciplinas adyacentes. Se da lugar así a una esgrima científica, auxiliada por el conocimiento anterior y afianzada por el adyacente. En definitiva, a una esgrima ecléctica. Eneagrama, herramienta para el crecimiento del Furasshu. - Maestro, quisiera enseñare algo: mire mi nuevo colgante… ¿No le parece singular? - Parrilla, resulta sorprendente e indiscutiblemente inquietante. ¿Por qué lo porta? - Lo han confeccionado para mí en base a unos criterios que emanan del Eneagrama. - ¿Cómo definiría el Eneagrama, Parrilla? - Según tengo entendido, podemos definirlo como un “mapa” de nuestra personalidad que nos ayuda a apartarnos de la oscuridad y a brillar - en lo que a cada individuo respecta - y a iluminar con nuestro conocimiento. En síntesis, podemos decir que dicha herramienta consta de las siguientes realidades geométricas: El círculo, como concepto geométrico, tan utilizado para explicar los medios en los que nos podemos encontrar y otros elementos dentro de la esgrima. Claramente es innegable su cariz global e integrador. El triángulo equilátero que simboliza la luz, la oscuridad y el equilibrio entre ambas. El equilibrio es una cualidad básica si queremos llevar una vida virtuosa y acorde con nuestra naturaleza innata. Sólo así creceremos como esgrimistas, tiradores, estudiosos o incluso como individuos… y por tanto, iluminaremos. La hexada, una figura geométrica que, combinada con los elementos anteriores, nos dan los nueve tipos básicos de personalidad que existen. Dicho de otro modo, los eneatipos. - Así es Parrilla, le cuento: El Eneagrama es un modelo de clasificación de la personalidad utilizado en la psicología clínica moderna, de un modo orientativo y consultivo. Constituye pues, una herramienta básica para el autoconocimiento o la clasificación psicoterapéutica. No obstante, hemos de tener cuidado; pues tampoco los resultados de su estudio reflejan valores absolutos. Y mucho menos descripciones detalladas de de cada individuo; tirador o académico en nuestro caso. Su descripción se centra únicamente en los aspectos que componen la geometría del la representación, y por ello me resulta insuficiente. Cuénteme más acerca de cada eneatipo. - Verá Maestro; esos eneatipos se agrupan por triadas: visceral, emocional e intelectual. - Me está usted intrigando. Continúe, por favor. - ¿Me está probando, Maestro? - Si es eso lo que intuye, intuye bien. Pretendo averiguar cuán claro tiene el contexto de la aplicación potencial del eneatipo. Y al ser posible, ahondar en su conocimiento de cada uno de los perfiles descritos. - Con todos mis respetos Maestro; pero esos eneatipos se encuentran también descritos en su trabajo “El Libro del Furasshu: compendio esgrimístico, técnico, filosófico y tipológico de los aspectos particulares de la esgrima láser, sus armas y sus practicantes.” - Así es. Estar, lo están. Ahora bien, ¿ha entendido la intención por la que figuran ahí? - Creo que sí. - Hábleme de ellos, si es tan amable. - Como quiera, Maestro. Comencemos con la triada visceral, y concretamente con el Eneatipo 1, el reformador. Se trata de aquel tirador que desea ser perfecto y destacar, por encima de todo y todos. Es extremadamente autoexigente e irascible. Todo ha de hacerlo perfecto y, si no es así, se enfada consigo mismo y con sus compañeros. Se considera un héroe que ha de arreglarlo todo; sus defectos y los de los demás. - Está usted hablando claramente del Yaru (Creador). En el ámbito marcial, son individuos con un gran conocimiento de la las luces y sombras en cualquier aspecto, incluido el uso de su repertorio marcial. Como usted bien ha expuesto, pueden adolecer de un enorme “complejo” de héroe. - Pues si un Yaru quisiera convertirse en un buen Furasshu, ha de aceptarse a sí mismo y a sus compañeros de armas, y además ser consciente de que pese a su interés de superación, no puede pretender ser un héroe. Ha de relajarse, observar y tranquilizarse. Tal vez la guardia impasible combine perfectamente con su seguridad y su serenidad. - La guardia impasible es un recurso técnico más allá de la faz que se muestra. El hecho de presentar una guardia impasible hace que un individuo esté en una clara desventaja geométrica en el medio. Por tanto, si el acto de estar en impasible no tiene una función implícita más allá de mostrarse simplemente seguro y capaz, será un elemento de desventaja absoluta, pues no dispondrá de recursos con los que hacer frente a las situaciones que le acontecerán. Esto hace que aquel que crea que por mostrarse diestro, lo es, está herrado, pues generará circunstancias más allá de su control real. Esto es extrapolable a la vida ajena a la esgrima, donde hay sujetos que se muestran más competentes de lo que realmente son, y por tanto, generan situaciones de fracaso potencial, pues no siempre están verdaderamente preparados para hacer frente a los retos relativos al nivel en que se autoposicionan. - Maestro, le pregunto: ¿el Yaru ha de conservar los medios, en vez de adoptar una actitud agresiva o ejecutiva e invadir constantemente el medio proporcional del paciente? Dicho de otro modo, ¿ha de esperar para después obrar? - Entiendo que aquel individuo que tienda a sobrestimarse, generará obras con un alto contenido ejecutivo. Ciertamente, estos sujetos serán propensos a despreciar el potencial de su opositor y su obra. Así que, creo que está acertado, la reflexión y el ejercicio autocrítico será un elemento útil en el desarrollo de estos creadores. Continúe. - Dentro de esta misma triada, nos encontramos con el Eneatipo 9, el pacificador. Pretende a toda costa evitar el conflicto. Si esto al principio pudiera parecer funcional, olvida que la vida es un conflicto permanente, y se verá frustrado en sus intentos. Le cuesta mucho tomar iniciativas, debido al constante miedo que le invade. A menudo, piensa más en los demás que en sí mismo. - Estad usted hablando del Heiwa; una persona tranquila, acomodada y humilde. Excesivamente abarcador, mas con una capacidad innata para la solución de problemas; pues está dotado de un don especial para equilibrar los intereses suyos y ajenos. Es un diplomático nato, sin duda. - El tirador Heiwa pues, entiendo que ha de ser proactivo y asertivo. De esta forma conseguirá, desde la humildad, fortalecer su autoestima. Por ello considero que si bien ha de aventurarse en el medio del paciente; ha de usar su potencial innato que le asistirá a ser conservador y defensivo. De esta manera permanecerá dispositivo, pero nunca agresivo. - Sí, Parrilla, creo acertado su concepción del Heiwa. No obstante, he de remarcar que tienden a ser pasivos. Esto juega un papel crucial en la función marcial, pues la actividad, movimiento y cierta intención ejecutiva impuesta e implícita en la obra, es crucial para la conclusión del asalto que, de otra forma, podría extenderse hasta exponer al Heiwa. Siga, Parrilla, con el tercer eneatipo dentro de este subconjunto. - Así es Maestro. Ahora hablaremos del Eneatipo 8, el desafiador. Suele intimidar con su potente mirada y fuerte personalidad. Es demasiado directo, cínico e irascible. Suele proteger con decisión a aquellas personas que él considera débiles y vulnerables; pero puede llegar a exhibir una frialdad y falta de empatía sin parangón. Siempre siente la imperiosa necesidad de controlarlo todo; por ello se les da tan bien el ejercicio del liderazgo. - Parrilla, está usted describiendo a un tirador poderoso en el uso de la fuerza y dominante ante sus iguales. Entienda que me refiero a la fuerza como la fuerza de voluntad. Lo aclaro dada la naturaleza originalmente ficcional del arma que usamos como instrumento. Como iba diciendo, son personas protectoras, ingeniosas y decididas; y también orgullosas. Dicho de otro modo, está usted describiendo a lo que se comprende dentro de los perfiles propios estereotípicos, como un Kao. - Considero que un Kao es efectivo cuando recurre a su naturaleza innata. Ello lo hace cuando tira mirando siempre hacia los ojos del paciente con facilidad y seguridad. Y afirmado desde el medio de proporción en Ox o alguna de sus variantes; las guardias ideales para presentar una faz intimidante de un tirador que, como él, desea imponer. - Estaremos de acuerdo que en contexto de la Esgrima Láser, estrictamente geométrico y salvo algunas ocasiones muy concretas con configuraciones anatómicas muy particulares, las guardias variantes de Ox no tienen un potencial antagonista suficiente. ¿No es así? - Sí Maestro, Ox es una guardia que tiene una aplicación más centrada en las geometrías generadas por armas de mayor longitud. Pero me refería a que los Kao, al pretender ser intimidantes, harán uso de esas guardias, pues claramente son muy vistosas y rimbombantes. - Estamos de acuerdo entonces. Ahora continuará usted con otra triada y puesto que ya que estamos metidos en faena, vamos a ahondar en ello, que sus exposiciones dan pie a algunas reflexiones interesantes. - Gracias, Maestro. Ahora nos adentraremos en un mundo que a mí personalmente me resulta complejo. Me refiero a las emociones. Sabemos, por lo estudiado en clase, lo difícil que resulta controlarlas. Más aún durante el asalto, pese a conocer la bioquímica y fisiología que las envuelve. Además, las personas que se agrupan dentro de esta triada suelen adolecer de autoestima, por lo general. Empezaremos con el Eneatipo 2, el ayudador. - Esta usted hablando del Joshu, también llamado el Asistente; una persona abnegada y totalmente entregada, con un importante vínculo emocional a sus semejantes. - Sí Maestro, así es. El bienestar de este “ayudador” se encuentra muy ligado al bienestar de los demás, y ello le hace tremendamente dependiente. Necesita imperiosamente ser elogiado y querido; y odia estar solo. También es tremendamente orgulloso, pero entregado. Eso sí, es un “adicto emocional”. El tirador Joshu ha de dar sin esperar nada a cambio. De esta forma conseguirá, desde la humildad, fortalecer su autoestima. - Me parece una manera muy acertada de enfocar la solución a algunas situaciones que viven estos individuos. Pasan por momentos en los que se entregan y luego, al no recibir los que ellos estiman necesario, se decepcionan. Conozco casos así, que incluso les cuesta trabajo mantener amistades. Creo humildemente que esto tiene su raíz en las expectativas que ellos ponen. Dígame, Parrilla, ¿Cómo cree que afectará esto en el trascurso del asalto, o incluso del duelo? - Pues Maestro, creo que a un sujeto que responda a un perfil claro de Joshu, le pueden afectar sus expectativas, de cara a su oponente. Esto puede hacer que esté más pendiente de no generar castigo o daño alguno y que se centre en no someter a presión suficiente a su opositor. Entendiendo que esto puede ser una desventaja, porque no aprovechará el enfrentamiento plenamente y hará que su opositor tampoco pueda aprender de él todo lo posible. Creo que esto se solucionaría cuando entienda que sus expectativas no han de tener peso. Sobre todo, se facilitaría su adaptación cuando el Joshu pensase en que el verdadero favor lo está haciendo cuando se entrega totalmente al ejercicio esgrimístico, sin pensar en su opositor, y pretendiendo dar lo mejor de sí mismo sin tener que recibir nada a cambio. Por ello ha de anticiparse y aprender que cuando somete a un paciente, para nada le está haciendo daño. Todo lo contrario: le está iluminando. - Me parece muy acertada su reflexión, Parrilla. Continúe con el siguiente. - El Eneatipo 3, el triunfalista, vive bajo el dominio de su ego. Por ello precisa constantemente de la atención de todo ser que le rodea. En ocasiones se infravalora, pero también puede pecar de narcisista. - El Katsu o Ganador, que es el nombre propio de este perfil en la literatura académica laserina, es un completo adicto al trabajo, el estudio y la competitividad. Y sí, se preocupa demasiado por su imagen. Eso sí, por otro lado ello le otorga también un cariz carismático, si no físico, intelectual. - Al Katsu le vendría bien concentrarse en su crecimiento y no buscar ni la aprobación de su Maestro, ni la admiración de sus compañeros. Por ello, la meditación previa a un conflicto, ya sea este un asalto o algo de índole personal, es esencial para conseguir un buen enfoque sustentado en un pleno estado de consciencia. Ha de emplear aquella afirmación que más seguro y funcional le haga sentir, no la más ostentosa ni estética; puesto que podría caer fácilmente en creer que la estética tiene valor técnico o esgrimístico. - Evidentemente, Parrilla, eso es así. Podría ser casi una obviedad, mas aún hay gente que en cualquier disciplina cree que la belleza estilística de los recursos puede aportar valor práctico. Y no es del todo así pues la belleza, tal y como ya le conté, hunde sus raíces en aquello que resulta útil, que con el tiempo se asimila como agradable y, por tanto, acaba siendo atrayente o bello. Adelante, cierre usted la triada emocional. - De ella me queda, el Eneatipo 4, el individualista. Siempre están comparándose con otras personas, o con otros tiradores en el caso que nos ocupa. Dramatizan excesivamente aquellos infortunios relacionados con las pérdidas o fracasos, de las que les cuesta recuperarse. Son extremadamente introvertidos pero en su mejor versión podrían llegar a ser ecuánimes y tener una visión equilibrada y neutra de la vida. - Los Ueno (Ajeno) suelen ser así, Parrilla. A menudo se sienten vulnerables y defectuosos. Pero si logran el equilibrio y utilizar sus capacidades creativas, pueden llegar a renovarse y transformar sus experiencias. - Considero que para que un Ueno sea eficiente, ha de salir de su “zona de confort” y centrarse en ampliar su repertorio técnico. Entiendo que será posible que alguien relativamente acomodado, tienda reducir el volumen de nuevos elementos que aprender, puesto que ya se siente cómodo con aquellos que usa. - Bueno, Parrilla, de nuevo estoy de acuerdo. Queda una triada más. Venga, cuénteme sobre ella. - Pues esta se trata de la triada intelectual: aquella conformada por personas obsesionadas con la seguridad y la protección. Con una manifiesta falta de confianza, acompañada con nada desdeñables dosis de miedo y ansiedad. Para empezar, El Eneatipo 5 o investigador es una persona dotada de amplias capacidades para la investigación. Con el conocimiento adquirido reprueba a los ignorantes…y disfruta de ello. Pero en ocasiones, no son capaces de obrar si no conocen al cien por cien un determinado aspecto de cualquier área del conocimiento; más aún si se trata de una disciplina marcial. - Dentro de los perfiles, un Tantei. Un Furasshu con un carácter vehemente y cerebral. Son sesudos investigadores, astutos y estudiosos. Se desligan fácilmente de las cuestiones mundanas; por lo que llegan a pecar de excéntricos y nihilistas. - Maestro, creo que los Tantei resultan esenciales para confeccionar y consolidar el corpus científico y filosófico de la Academia de Esgrima Láser. Aunque no han de olvidar que su conocimiento, además de difundirlo, también lo han de poner en práctica para su propio crecimiento. - Este tipo de sujetos tienen una tendencia natural a disfrutar del manejo de la información, y con ello, de exhibir sus conocimientos. Al fin y al cabo, ese rasgo puede venir determinado por una falta de autoestima, que suplen al encerrarse en un mundo aséptico e intelectual, donde se saben sobresalientes. Por otro lado, un Tantei que sea moderado y equilibrado, puede enfocar su potencial a la asistencia técnica y académica, resultando finalmente una pieza fundamental en cualquier entidad del ámbito. No obstante, redundo en que los eneatipos son simplemente guías estereotípicas, que pueden ayudar a confeccionar perfiles desde los que estudiar a los sujetos. Para nada son herramientas de juicio con una función científica. - Tranquilo Maestro, el hecho de hablar de ellos nos ayuda a conocer y explorar posibilidades, pero, al menor yo, no pretendo darle un uso más allá del meramente analítico. Sigo con su permiso. - Si, continúe, por favor. - Ahora nos enfrentaremos al Eneatipo 6, el leal. Y digo bien lo de enfrentarnos porque son individuos de fuertes convicciones a los que no resultan fáciles de iluminar, pues casi todo lo cuestionan. Su lealtad - valor envidiable por otra parte - se puede volver también contra ellos al temer enfrentarse a aquello que aman y respetan, pues les aterra perderlo. Por ejemplo, enfrentarse contra su Maestro o alguien a quien admiren. Eso sí, de batallar, batallarán hasta el final. Caiga quien caiga. Pero odian los conflictos, lo que en no pocas ocasiones les causa ansiedad. - Sí, Parrilla, los Itsumo suelen ser así. Evasivos, defensivos e irascibles. Aunque no ha de olvidar que también son personas íntegras, responsables y trabajadoras. Sin duda, pueden llegar a entender valores éticos que otros sólo pueden intuir. - Un buen Itsumo ha de entender que el conflicto se encuentra en la Naturaleza, y que por lo tanto ha de enfrentarse al paciente, sea quien sea, de un modo natural. Está bien que tengan valores y convicciones, pero ha de abrirse a otros campos para crecer. - Sobre todo a nivel filosófico. No he podido evitar notar, por la forma que tiene de hablar de este eneatipo, que usted se siente especialmente representado por él. ¿Me equivoco? - No Maestro, no se equivoca. - Pues le he de confesar que yo también le entiendo muy cercano a ello. Le considero una persona convencida, leal, abnegada, y desde luego tozuda, no nos quepa la menor duda de ello. - Verdad, Maestro. Algunas veces peco de obstinado. - No se preocupe por ello Parrilla. Cualquier condición, siempre que no sea un rasgo dominante en su carácter, tan solo supone una manera de interaccionar con el mundo, que con sus matices, configuran a su persona. Créame, si no fuese tal y como es, no dedicaría estos ratos a dialogar con usted. - Gracias Maestro. Pienso mucho en mi forma de ser, y reflexiono sobre cómo poder pulirla para resultar más abierto y dócil. Entiendo que esa cierta cerrazón me puede hacer perder algo de perspectiva, y dejar pasar información útil. Sea como fuere, continuo. Para cerrar ya esta triada, y por tanto el Eneagrama, tenemos al Eneatipo 7, el entusiasta. Su mente va a mil por hora. No cesan en sus continuos “autodiálogos” internos, que a veces suelen exteriorizar. Su tremenda carga de energía les hace planificar a modo de “agenda humana”, y no viven el “aquí y ahora”. Ello les lleva en ocasiones a no disfrutar del momento. Les invade la perpetua insatisfacción personal. Estos individuos nunca están contentos o plenos. - La impulsividad y la jovialidad son elementos característicos de los Netsui. Suelen ser agotadores, tanto como agotador es tenerlos de alumnos…créame. Eso sí, son grandes compañeros de armas y divertidos compinches de caterva. Cuando obran, los Netsui han de hacer un parón previo y estudiar las posibilidades que tienen. Centrarse tanto en los medios como en el contexto; y no pensar en la inminente ejecución de la obra. Tienden a precipitarse, a dejar aspectos a la suerte o ignorar modificadores fundamentales de los medios. - Es cierto Maestro, yo también lo creo así. Pero Maestro, creo que no nos podemos olvidar que sería inútil pretender usar el Eneagrama con otros individuos que no fuéramos nosotros mismos. Cada académico, tirador, incluso Furasshu, ha de “redescubrirse” mediante el uso de esta herramienta que, para nada, ha de utilizarla para etiquetar a otras personas. Y menos aún para clasificar a sus compañeros. - Parrilla, en esto último, no estoy del todo de acuerdo. Hemos de ser honestos con nosotros mismos antes que con el resto, recuerde. Esto lo digo porque el hecho de conocer los eneatipos, nos hace aplicarlos, consciente o inconscientemente, tanto a nosotros mismos como a otros. Esto da lugar a que, pese a no querer reconocerlo, estemos constantemente juzgando a aquellos que tenemos cerca. Y esto no es algo inútil. Los prejuicios, tal y como le expliqué en clase, coherentemente entendidos y limitados, pueden ser grandes herramientas para entender la naturaleza del opositor, en su etología como paciente, así como en los sesgos que le afectan o afectarán en asalto. Por ende, los eneatipos son útiles para determinar la condición del eventual opositor de un sparring o duelo. Y, claro está, es preciso y funcional para ello, hacer uso práctico de los eneatipos, aplicándolos a otro que no es usted mismo. No obstante, el uso indebido de los eneatipos, es como el uso indebido de cualquier otro elemento. Siendo así que nace el arma, que no es otra cosa que una herramienta usada para la ofensa. De esta manera, podemos entender que los eneatipos son un útil para aumentar la eficiencia en la evasión y resolución del conflicto, más nunca deberán de ser un elemento de ofensa. - Entonces, Maestro, puedo concluir que: El Eneagrama es una herramienta de estudio y crecimiento personal, no un arma psicológica. - Así es Parrilla, así es. El académico ante un conflicto profano. - Parrilla, le noto hoy especialmente preocupado. ¿Le ocurre algo? - Sí Maestro, y puede que después de contárselo me reprenda; incuso tal vez se plantee mi permanencia en de la Academia de Esgrima Láser. Pero créame si lo digo que obré llevado por la Virtud y no por afán de protagonismo. Y mucho menos por cuestiones “egóicas”. - Explíqueme eso que llama “llevado por la Virtud”. - Sí Maestro, obré virtuosamente al obedecer a mi naturaleza innata. Si por un lado aquélla me dice que evite los conflictos para vivir en paz, por otro no me permite ver una situación injusta y no obrar al respecto. Además, usted nos ha enseñado que “el conflicto es un concepto universal, y así será tratado”. - Y es cierto eso último. Sepa, no obstante, que no le reprocharé nada, no se me ocurriría hacerlo. Como mucho le podré explicar otras vías para actuar, quizás más eficientes. Le insto a continuar. - Gracias, Maestro. Le cuento: de camino a un conocido bar, regentado por una persona a la que aprecio y frecuentado por gente a los que, en buena parte, considero amigos/as; me encuentro con una situación conflictiva. Dicho de otro modo, una pelea. - Está usted describiendo una situación similar a lo que en la España del siglo XVII se le denominaba “riña verdadera”. Entienda que aquellos hombres, hijos de una época más cruel, también vivían la esgrima como una herramienta lúdica, parcialmente preparatoria, que luego podían usar para mantenerse íntegros. Por ello, hago la distinción entre la esgrima y la riña, pues la riña es un contexto considerablemente más despiadado que el salón. Además, en la esgrima, todo comienza con la luz del Juez o el saludo de cortesía, mientras que en la riña o en ejercicio veraz de las armas, el combate comienza antes de empezar, y acaba después de terminar. Siga, si es tan amable. - Antes de acercarme, oí jaleo, y cuando llegué al lugar en cuestión vi cómo tres individuos estaban agrediendo al dueño del establecimiento que, como dije, le tengo aprecio. Había gente intentando mediar pero yo también me metí por medio, debido a mis vínculos emocionales con la víctima. No me sonrojo si le digo que me dio miedo, pero aún así no pude quedarme quieto. Cuando ya conseguimos separarlos, continué en el mismo espacio donde ambas partes estaban en conflicto. - Juan, cuando consiguieron detener la situación, las circunstancias habían cambiado. Eso dio lugar a que la naturaleza de lo posible, también mutase. Por tanto, su medio había cambiado. Esto habría de tenerlo en cuenta, pues la distancia determina en gran medida lo que puede acontecer dada la obra de nuestro paciente. Por tanto, entiendo que en otra situación similar, una vez concluido el “asalto”, habrá de volver a tomar un medio de proporción, que le permita obrar reactivamente con solvencia ante la obra de su opositor. - Así es, Maestro. - Además, cuando afrentamos a nuestro oponente, hemos de tener en cuenta la ventaja táctica como valor para decidir si es eficiente entrar en el conflicto, riña, combate o asalto. Esto es, ver si nuestras condiciones son lo suficientemente óptimas para entrar en combate, entendiendo que siempre han de estar en ventaja sobre nuestro paciente. Esta superioridad habrá de ser tan dilatada y magna como sea posible, pues de esa forma se tendrá mayor garantía de éxito, sabiendo que no existirá seguridad total de ello. Los medios, en su correcta concepción y manejo, son un recurso que interviene directamente en la ventaja táctica. Tanto es así, que en entornos relativamente controlados, la pueden llegar a definir, sin necesidad de conceptos adicionales. Esto hace que si alguien tiene un pleno conocimiento del concepto de los medios, pueda llegar a incluir en ellos todo lo que potencialmente influirá en el desarrollo del contacto. Por ejemplo, la superioridad numérica, la naturaleza del teatro, la condición física de los intervinientes, etc. Se generará con ello modificaciones en las distancias que existirán para cada uno de los medios, concretando y precisando cada vez más el diámetro común, que habrá entre dos implicados, y que sea necesario para que tenga lugar la correcta obra del que consideremos el agente. No obstante, los medios, en su distancia y dimensión tienen su raíz en el arma esgrimida y sus particularidades. Recuerde, un arma es cualquier cosa que sea usada para ofender, ya sea un arma de fuego o las palabras que expresan un argumento usado en contra de un opositor. Dicho de otra forma más elemental: si usted tiene en cuenta todo lo que potencialmente influirá en el asalto, podrá entender la distancia que deberá existir hasta su opositor, y ello le permitirá mantenerse seguro y obrar según la naturaleza de su arma. No obstante, Parrilla, he de ser claro: en una situación de estrés real, las emociones ganan una relevancia superlativa, y si uno no tiene entrenado el mantenerlas alejadas de la razón, se obrará llevado por ellas. Esto no es algo bueno o malo, ni tan siquiera producto de la ignorancia, tan solo es ineficiente. En esencia es el resultado de no haber estado expuesto a situaciones de gran transcendencia de manera repetida. Créame, el haberse mantenido ajeno a ellas, si es algo positivo, pues conserva la frescura de no haber visto abismo desde abajo. Por tanto, una vez acontezca la situación en la que hayamos de obrar, hemos de tener en cuenta que la decisión que tomemos, hemos de desvincularla de las consecuencias, sean estas de la tipología que sean, pues de no ser así, jamás intervendríamos. Prosiga, Parrilla. - Hubo un momento en que saqué el móvil, y dije que iba a llamar a la policía. - Esa era su arma, sin duda. Su teléfono móvil era la herramienta, y llamar a la policía el argumento que lo convirtió en arma. Algo me dice que no acabo todo en ese momento. - En absoluto, por desgracia para mí. Uno de ellos me dijo que no lo hiciera. Volví a decírselo, saqué el móvil y me dio un golpe en la mano, tirándomelo al suelo. - Parrilla, no se ofenda. Pero usted no es una persona especialmente imponente. No obstante, lejos de ser un inconveniente, es una ventaja táctica. Tal vez ello le haya ayudado a solventar esta situación. Pues tenga en cuenta que un paciente profano siempre actuará y obrará con mesura ante alguien que no le resulte una amenaza. Usted tiene una condición sencilla, y no aparenta un físico intimidante. Por otro lado, tenga en cuenta que los medios emanan y radican en el arma que se use, y la distancia siempre es una ventaja. Además, sólo podremos acercarnos al oponente si estamos en condiciones de controlar la situación, tal y como le decía. No olvide nunca que si intervenimos, no debemos mostrar nunca nuestras armas hasta el momento de usarlas para obrar o ejecutar, en este caso, un móvil y una amenaza - llamada a la policía, en este caso - ; aunque sólo sea verbal e inocua. En su caso, el principal problema es que no controló el medio, y tampoco fue capaz de dominar o entender el arma y sus posibilidades (su móvil). Usted estaba en el medio proporcional de su paciente, o sea, que el opositor tenía la posibilidad de actuar sobre usted. De lo que no parecía usted consciente es que el medio proporcional de usted era muchísimo más grande, en distancia y dimensión, pues podría haber actuado sobre él, llamando con su móvil, desde cualquier parte. Tampoco fue capaz de prever la resistencia paciente a la acción ejecutiva agente. En cualquier caso, de nuevo intuyo que la cosa tampoco acaba ahí. - En absoluto, Maestro. Me golpeó en la mandíbula y se abalanzó sobre mí hasta tirarme al suelo. Mis conocimientos - en el ejercicio de mi legítima defensa -, me permitieron retirarlo sin hacerle daño; pues estaba sobre mí dispuesto a seguir agrediéndome. Una vez en el suelo, se acercó a mí y le dije en dos ocasiones “por favor, no te acerques”. Desistió y ahí terminó el conflicto. Después, vino la policía y se desarrollaron todos los trámites pertinentes previos a la cuestión jurídica. Si le soy honesto, le diré que hubo un momento en que la adrenalina, a consecuencia de la ira y el miedo, me hizo reaccionar de manera refleja. Pero cuando estuve tirado en el suelo, fui capaz de mantener el autocontrol, al que tanto alude usted en clase. - Parrilla, he de decirle que un Furasshu es un guerrero en estrecha comunión con el conocimiento, y un guerrero nunca ha de dejar de prepararse para el conflicto, ya sea físico o de cualquier otro cariz. Si no, nunca estará preparado. Pese a no dominar el medio, veo que hubo un momento en que mantuvo el control sobre tus emociones, y disciplina sobre su cuerpo. Por lo que me cuenta usó la destreza, que no la fuerza. Y no lo olvide nunca… entienda la esgrima como herramienta de crecimiento propio y común, y aliméntela siempre del conocimiento adyacente. Sólo así conseguirá ser funcional, eficiente e iluminar. GLOSARIO AUXILIAR Academia de Esgrima Láser: Academia de Esgrima Láser (AEL) (En inglés: Laser Fencing Academy [LFA]), entidad encargada de concebir, generar y transmitir la disciplina de la esgrima láser. Acción: Cada una de los grupos de movimientos y partículas que son usados en una obra, para generar una frase de armas coherente a la intención ejecutiva de aquel que actúa. Agente: Dícese de aquel que lleva a cabo una acción u obra sobre otro. Área: Espacio físico tridimensional en el que se desarrolla el duelo. Asalto: Aquello que tiene lugar en el intervalo de tiempo en que las armas están presentes dentro de la intención y obra de uno de los tiradores. Concretamente en duelo, aquello que tiene lugar entre la voz de luz y la de hit o fin del Juez. Bushido: Traducido como “El camino del guerrero”, es un código ético estricto, al que una mayoría de Samuráis se acogían. Contacto: Momento en que dos o más individuos son conscientes de la oposición, potencial o tangible, de otros que estén dentro de un medio que les habilite a la interacción. Cyberpunk: Subgénero de la ciencia ficción, conocido por reflejar visiones distópicas del futuro en las cuales se combinan la tecnología avanzada con un bajo nivel de vida. Cyborg: Criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología. Debate: Conjunto de frases de armas con el que los tiradores pretenden un fin ejecutivo. Normalmente realizado dentro del medio proporcional. De Fabris: Variante de la Guardia española que recibe su nombre el Maestro Italiano Salvator Fabris, debido a su aparente similitud estética, que no funcional. Resulta ser la disposición de una guardia española ligeramente tumbada, con rectitud italada recta, en trío o tendente a ello, con el peso ligeramente atrasado en afirmación doblada, de planta acorde de medio recto en la transversal y contraída, manteniendo la pierna hábil en total o marcada tracción, la pierna no hábil con poca tracción y la mano no hábil contraída al maxilar. Destreza Vulgar: Término acuñado por los diestros practicantes de la Verdadera Destreza para hacer mención al conjunto de conocimientos técnicos de algunos profanos de ésta. Ello está sujeto al argumento de no estar este repertorio plenamente razonado, probado, examinado o haber sido desarrollado al margen de los estándares impuestos por el Maestro mayor, D. Luis Pacheco de Narváez. Duelo: Es el enfrentamiento, en combate singular, entre dos tiradores armados con armas láser. Resulta ser la forma más refinada, sofisticada, compleja y profunda de exponer y analizar las habilidades esgrimísticas de dos académicos de la Esgrima Láser. Duelo ineludible: Este es el duelo que los tiradores no pueden evitar de forma alguna sin ser penalizados en las consecuencias, que podrán ser estadísticas o académicas. Ejecución: Acto de hacer un tocado, herir o suprimir a un paciente u opositor. Eneagrama: Método de clasificación de personalidades mediante el uso de estereotipos. Este método es una herramienta estrictamente orientativa y no resulta un recurso de índole científica probada. Eneatipo: Cada uno de los perfiles estereotípicos recogidos y clasificados en la teoría del Eneagrama. Esgrima Láser: Disciplina que, por medio de un sistema docente basado en la ciencia, ofrece destrezas para aumentar las posibilidades de éxito en un enfrentamiento entre dos o más oponentes armados con armas láser, así como para ser capaz de evitarlo. Española: Guardia de la Esgrima Láser, que es de uso recurrente por su potencial geométrico y funcional. Se llevará a cabo proyectando una planta contraída transversal de peso centrado, de recto o medio recto, disponiendo una afirmación erguida de medio perfil, manteniendo la hoja recta en la rectitud de adelante desde justo abajo del plano superior, y manteniendo el rumbo recto con la punta de la hoja sobre el plano superior del paciente. La mano no hábil se mantendrá largada en agudo, o contraída. Faz: Aspecto y actitud aparente y premeditada del agente, resultado de “actuar” de forma consciente para demostrar a un paciente una determinada intención. Frase de armas: Cada frase de armas es un conjunto de acciones obradas por un tirador para resistir, maniobrar o concluir en ejecución contra su opositor. Furasshu: El Furasshu, es un individuo honesto, sabio, consecuente y humilde, que haciendo uso de un pleno entendimiento de la Esgrima Láser, pone sus aptitudes, conocimientos y esfuerzo al servicio del saber universal. Desde el punto de vista estrictamente funcional, es un individuo graduado en examen público como experto tirador y académico, que podrá asistir a un Maestro en clase y tener independencia de juicio. Hexada: Polígono o figura con seis lados. Los lados confluyen dos a dos en seis puntos, llamados vértices. Es usada en el Eneagrama para conectar distintos perfiles dentro de su composición. Intención dispositiva: Aquella que permite que la ventaja del usuario crezca frente a su oposición. Juez: Autoridad máxima dentro del área que observará, decidirá y fallará en duelo; siendo su palabra de obligado cumplimiento para los participantes y jueces auxiliares. Kenjustsu: Arte marcial japonesa, de índole esgrimística, centrada en el estudio, desarrollo y práctica del enfrentamiento con armas; concretamente sable japonés histórico. Kunst des Fechtens: Escuela esgrimística alemana bajo-medieval, desarrollada entre el siglo XIV y el XVII. Recibe su nombre de la obra de Joachim Meyer: “Gründtliche Beschreibung der Kunst des Fechtens” del año 1570. Krav Maga: En hebreo significa “combate de contacto” o “combate cuerpo a cuerpo”. Surgió en Bratislava (Eslovaquia) desde finales de los años treinta y principios de los cuarenta del siglo XX; desarrollado por un grupo de jóvenes judíos, liderados por Imi Lichtenfeld, para defenderse del antisemitismo nazi. Resulta un sistema ideal para la defensa personal al ser rápido, sencillo, fácil de aprender y extremadamente contundente; ya que el objetivo último es salvaguardar la integridad física y la vida. Laserino: Que pertenece o se refiere a un aspecto específico, técnico o filosófico de la esgrima láser. Luz: Término que se usa para definir y hacer mención al conocimiento, la cultura universal y científica. Maestro: Furasshu graduado, habilitado para la función docente en una Academia independiente de la capital. Un Maestro tendrá responsabilidad plena sobre su ejercicio docente, siendo fuente en su ámbito de estudio. Marco Aurelio: Marco Aurelio Antonino Augusto (Roma, 26 de abril de 121-Vindobona o Sirmio, 17 de marzo de 180), apodado El Sabio o El Filósofo, fue emperador del Imperio romano desde el año 161 hasta el año de su muerte en 180. Miyamoto Mushasi: Shinmen Musashi-no-Kami Fujiwara no Harunobu (Provincia de Harima, marzo de 1584 - Reigandō, 13 de junio de 1645) Guerrero, filósofo y estratega Japonés. Autor de “El libro de los cinco anillos”. Multidimensionalidad: Término usado para definir la existencia de un concepto en distintos planos, posiciones o perspectivas al mismo tiempo. Nicolás Maquiavelo: Niccolò di Bernardo dei Machiavelli (Florencia; 3 de mayo de 1469 - Ibidem; 21 de junio de 1527). Filósofo, funcionario, diplomático y escritor considerado como autor de la ciencia política moderna. Obra: Conjunto de acciones actuadas por un tirador dentro de una frase de armas hasta ser respondidas por su opositor. Obra elegante: La obra elegante será la obra única y más eficiente con la que llevar a cabo una determinada pretensión. Oclusión: Mutación dispositiva con potencial ejecutivo de una rectitud presentada por el agente, para evitar el éxito de la acción ejecutiva del paciente, exponiendo a este último a la ejecución si mantiene la trazada. Ox: En la Esgrima Láser, guardia y/o familia de guardias dependientes y variantes de una rectitud alta, a uno de los flancos del tirador usuario, con extensión contraída y de rumbo recto paralelo al plano inferior. Esta denominación tiene su origen en la guardia histórica del mismo nombre atribuido por la nomenclatura alemana, que coincide anatómica y estéticamente con la guardia laserina, siendo distinta en función y geometría. Paciente: Dícese de aquel que recibe la acción u obra de otro que la lleve a cabo. Paseo de Linarejos: Bulevar emplazado al norte de la ciudad de Linares, España. Eje septentrional sobre el que se desarrolló el crecimiento de la ciudad a partir del último tercio del siglo XIX. Pozo de San Vicente: Pozo de la Mina “San Miguel-El Mimbre”, localizada en Linares, Jaén. Activo desde la segunda mitad del siglo XIX, resulta ser uno de los pozos destinados a la explotación minera más profundos del territorio español (más de un kilómetro). En él murieron, en 1967, cumpliendo sus labores Manuel Jiménez Díaz, Blas Muñoz Moreno, José Gago Núñez, Francisco Valera Hedrera, Fernando Rus Rodríguez y Jorge Antuña Roces, a los que Linares no olvida. Riña verdadera: Forma tradicional española de denominar al conflicto y/o batalla de índole eventual entre personas, en que está implícita la violencia y el uso de la fuerza. Robert Greene: Psicólogo y escritor estadounidense, autor de “Las 48 leyes del poder”, “El arte de la seducción”, “Las 33 estrategias de la guerra”, “La Ley 50” (con el rapero 50 Cent), y “Maestría”, entre otras. Sala: Haciendo referencia a la sala de armas, se trata del lugar donde tiene lugar el ejercicio docente de la esgrima histórica o deportiva. En la Esgrima Láser, al emplazamiento destinado a la labor docente de un Maestro o Dekiru se le llamará salón de armas. Séneca: Lucio Anneo Seneca (Corduba, 4 a. C.-Roma, 65 d. C.) Filósofo, político y consumado orador romano. Sparring: Aquella dinámica de contacto que no está regida por unas reglas estrictas más allá de las acordadas entre los participantes. Sparring ligero: Dinámica de baja intensidad, enfocada y centrada en el entrenamiento y el desarrollo técnico. Sparring pesado: Dinámica de entrenamiento en la que no habrá restricción alguna sobre la fuerza implícita en el encuentro. Sun Tzu: Filósofo, general y estratega chino autor de “El arte de la guerra”. T’ai Kung: Cronista y estratega chino. Autor de “Las seis enseñanzas secretas”, obra que se basa en la idea de vencer sin luchar. Teatro de operaciones: Área física en que tiene lugar una intervención operativa con naturaleza marcial. Tirador: Individuo en el ejercicio de la esgrima. Verdadera Destreza: Disciplina esgrimística de origen español, durante el siglo de oro, basada en la obra de Don Jerónimo Sánchez de Carranza, posteriormente desarrollada por Don Luís Pacheco de Narváez, que centra su corpus teórico y técnico en la aplicación de la ciencia coetánea de la época. Virtud: Capacidad que tiene una cosa de producir un determinado efecto positivo. También puede entenderse como la cualidad de un ser para actuar de acuerdo con su naturaleza innata. BIBLIOGRAFÍA CÁRCAMO, Luis (2013): Tao Te King. Lao Tse. Traducido, Editorial Ricardo Aguilera. GARCÍA GUAL, Carlos (2020): La Secta del Perro. Diógenes de Laercio: vidas de los filósofos cínicos. Madrid, Alianza Editorial S.A. GREENE, Robert (2012): Las 48 leyes del poder. Traducido, Madrid, Espasa Libros, S.L.U. GUZMÁN GUERRA, Antonio. (2019): Marco Aurelio. Meditaciones o Soliloquios. Alianza Editorial S.A. Madrid. LEE, Bruce y UYEHARA, Mito (2021): El método de combate de Bruce Lee. Traducido por Rubén Cervantes Garrido. Dojo ediciones. LOW, Albert (1994): Introducción a la práctica del Zen. Traducido por Miguel Portillo, Editorial Kairós, Barcelona. MANTAK CHIAK (2016): Equilibrio energético a través del Tao. Traducido por Miguel Iribarren, Neo Person, Madrid. MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe. Traducido, Ediciones Brontes S.L., Barcelona, 2019. MIGUEL CASTRO, Marcelino (2019): Academia de Esgrima Láser. El Libro del Padawan. (2020): El Libro del Furasshu: compendio esgrimístico, técnico, filosófico y tipológico de los aspectos particulares de la esgrima láser, sus armas y sus practicantes. (Aún no editado): Tratado general de la Esgrima Láser. Comprensión, práctica y aplicación de sus destrezas universales y específicas. Tomo I - Premisas técnicas y expresiones fundamentales de la esgrima láser, que usa el daito como causa instrumental ponderada y generalista. MUSASHI, Miyamoto. El Libro de los cinco anillos. Webliblioteca del pensamiento. PALMER, Martin y BREULLY, Elisabeth (2019): El Libro de Chuang Tse. Traducción de Mario Lamberti. Edaf S.L. U., Madrid, nº 52. PRIETO ESPEJO, José (2020): Krav Maga: un recurso, varias alternativas. Amazon Fulfillment, Breslavia. RAMÍREZ BELLERÍN, Laureano (2016): El Arte de la Guerra, de Sunzi. Traducido, La Esfera de Los Libros S.L. Madrid RODRIGUEZ SANTIDRÁN, Pedro y FERNÁNDEZ NAVARRETE, Pedro (2020): Séneca. Tratados Morales. Traducido, Austral, Barcelona. SANTONI, Eric. (1994): El Budismo. Traducido por Fernando Díaz Celaya, Acento Editorial, Madrid. TSAI, Chih-chung (2019). Confucio: Las Analectas. Traducido, Madrid, Ediciones Akal, S.A. TUCCI, Giuseppe (1926): Apología del Taoísmo. Traducido por Ballesteros de Martos. Edición Facsímil. Editorial Maxtor, Madrid, 2013. TUCCI, Norberto (2005): I Ching. El oráculo del cambio. Ediciones Librería Argentina, Madrid. (2004): Las seis enseñanzas secretas para “vencer sin Luchar”, T´ai Kung. Ediciones Librería Argentina, Madrid. VILLASECA, Borja (2019): Encantado de conocerme: comprende tu personalidad a través del Eneagrama. Peguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., Barcelona. WATTS, Alan (2014): Taoísmo. Traducido, Editorial Kairós, Barcelona